El asalto ocurrió en plena madrugada y estuvo marcado por amenazas con cuchillo y armas de fuego. Los antisociales no encontraron dinero ni joyas y sustrajeron dos vehículos.
La familia puentealtina que fue víctima de un violento turbazo la madrugada del viernes, entregó más detalles sobre los minutos de horror que vivieron y la actitud de los delincuentes. Según el testimonio de los afectados, el asalto ocurrió mientras el matrimonio y sus dos hijos menores se encontraban durmiendo en su vivienda.
De acuerdo con el relato de la mujer, el hecho se produjo cerca de las 3:30 horas, momento en que ella y su pareja se levantaron para ir al baño. En ese instante escucharon ruidos en la entrada. “De repente sentimos que alguien estaba forzando la entrada de la casa, entraron por el portón”, señaló. Su esposo, que estaba en el baño del primer piso, se encontró de frente con los intrusos.
“Él se encontró con los delincuentes que rompieron los vidrios de la puerta de acceso, entraron a la casa, lo redujeron con armas, con armas cortopunzante y armas de fuego”, detalló.
Según la víctima, el grupo correspondía a entre cinco y siete jóvenes que ingresaron con violencia exigiendo dinero y joyas, objetos que la familia aseguró no tener. Posteriormente, los individuos subieron al segundo piso, donde se encontraban la mujer y sus hijos.
De la extrema violencia a la «compasión»
La afectada describió que, ante la irrupción, se refugió junto a los menores en la habitación. “Los abracé en la cama de uno de ellos y me puse a orar, y al parecer esta situación entre los gritos, llanto y oración ellos también se sensibilizaron y nos dijeron que esta era una situación que ellos estaban por encargo, que solamente este era su trabajo“, relató. Añadió que los asaltantes, tras registrar la vivienda, no encontraron dinero ni joyas y finalmente se llevaron dos vehículos Honda del año 2009.
El ingreso de los antisociales fue especialmente violento. La mujer recordó que, mientras se encerraba con los niños, los sujetos forzaron la puerta de la habitación a patadas hasta botarla. “Fue súper terrible, agresivo, violento, traumático, estamos bien consternados con esta situación“, afirmó. Incluso mencionó que en un momento “trataron de consolarme. Incluso, me dijeron que, por favor, no gritara tanto que los niños se asustaban“.
Según agregó, “se dirigieron a mí hasta de una manera un poco compasiva, porque efectivamente la escena fue súper terrible”. Uno de los momentos más difíciles ocurrió cuando su hijo menor expresó: “no quiero que a mi papá lo maten”.
La mujer también sostuvo que el sector en que reside carece de presencia de seguridad municipal y patrullajes policiales.
El testimonio del padre
El hombre, por su parte, señaló que fue reducido con extrema violencia. Según su versión, uno de los individuos lo amenazó con un cuchillo en el cuello, mientras otro lo apuntó con un arma de fuego. Pese a pedir que no subieran al segundo piso —donde se encontraban su pareja y los menores—, los delincuentes habrían respondido con amenazas de muerte.
“Yo traté de mantener siempre la mente fría, para no forzar una situación caótica, porque si yo me pongo a pelear no estaríamos contando esta historia“, expresó.
Ambos coinciden en que el cambio de actitud de los asaltantes se produjo luego de que comenzaron a orar. Según el padre, tras ese momento, los individuos “se habrían sensibilizado” y optaron por retirarse.
La PDI realiza diligencias para esclarecer lo ocurrido y dar con la identidad de los responsables.



