En la década de los 50′, Luis Hernández Díaz era parte de la llamada «pandilla maldita», sin embargo, tiempo después su vida daría un giro total, convirtiéndose en un aclamado dirigente social, luchando para que jóvenes no cayeran en la delincuencia y drogadicción.
El 24 de marzo de 2011, fue publicado este reportaje audiovisual por nuestro medio, donde el «Papillón Chileno» cuenta su historia desde la muerte de sus dos hijos hasta el uso de su singular gorro de lana, el cual aseguraba era su simbólica «arma de lucha».
«Fue un día de Navidad a las 3 de la tarde, me pegó fuerte, fue un golpe brutal, lloré por mis piriguines», contaba a nuestro periodista, asegurando que la tragedia el había dado fuerza para sacar a sus vecinos adelante: «Estoy esperando que un día Dios me lleve a reunirme con ellos, pero que también antes me ayude a ayudar a mi pueblo».
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