La principal hipótesis sobre la desaparición y muerte de la joven de San Bernardo estaría vinculada a un ajuste de cuentas.
La investigación por el homicidio de Krishna Aguilera Yáñez, joven de 26 años cuyo caso ha causado conmoción nacional, apunta a una venganza vinculada al narcotráfico. De acuerdo con antecedentes de Radio Bio Bio, la principal hipótesis del Ministerio Público es que el crimen estaría relacionado con Juan Beltrán Olivares, alias el Guatón Beltrán, la última persona que vio con vida a la víctima y presunto líder de una red dedicada a la venta de drogas en San Bernardo.
Fuentes del citado medio señalan que Aguilera mantenía una relación sentimental con Beltrán y que también se desempeñaba como su “soldada” en los puntos de venta de droga —o narcobunkers— que él controlaba. La Fiscalía Metropolitana Occidente lidera la investigación, que hasta ahora registra seis personas detenidas, entre ellas un panadero que habría colaborado con las operaciones del sospechoso y cuya declaración fue clave para hallar el cuerpo de la joven.
El falso asalto y el inicio de la venganza
El 14 de agosto de 2025, Beltrán acudió a la comisaría de San Bernardo para denunciar que tres encapuchados lo habían asaltado a mano armada en la intersección de calles Pirineos con Volcán Maipo, robándole su vehículo Cupra Formentor 2023.
—“¡Bájate perro c….. o te vamos a matar!”— le habrían gritado antes de golpearlo y huir, relató entonces.
Sin embargo, de acuerdo con fuentes policiales citadas por BBCL, el hecho no fue una simple encerrona sino una “mexicana”, es decir, un robo interno vinculado al mundo del narcotráfico. Las sospechas apuntaron a que Krishna Aguilera y otras dos colaboradoras de Beltrán habrían filtrado información a los autores del robo.
El supuesto traficante operaba varios bunkers en los que se distribuían cocaína, ketamina y pasta base bajo un sistema de turnos. Según el reportaje, Aguilera formaba parte de esa estructura y mantenía una relación sentimental con Beltrán, lo que la convertía en una figura cercana a su entorno criminal.
Temiendo represalias, la familia de la joven cambió de domicilio tras enterarse de los rumores. Sin embargo, con el paso del tiempo, Krishna retomó el contacto con Beltrán, sin imaginar que sería su último vínculo con vida.
La última noche: cámaras y contradicciones
De acuerdo con los antecedentes judiciales citados por Radio Bío Bío, el 5 de octubre Beltrán pasó a buscar a Aguilera en un vehículo Suzuki gris a las 02:18 de la madrugada. Juntos acudieron a la discoteca La Facultad, en Pío Nono, donde permanecieron hasta las 04:45.
Testigos indicaron que, al salir, Krishna se encontraba desorientada y apenas podía mantenerse en pie. Beltrán la ayudó a subir al automóvil y luego se dirigió hacia San Bernardo. Las cámaras lo registraron llegando al antiguo domicilio de la joven a las 05:29, donde se detuvo brevemente sin que nadie descendiera del vehículo. Desde entonces, no se supo más de ella.
Al día siguiente, su familia interpuso una denuncia por presunta desgracia, expresando públicamente sus temores. “Siempre le pareció raro que un hombre de 45 años se involucrara con jóvenes menores”, declaró Cristal Aguilera, hermana de la víctima, a medios de comunicación.
Detención y pistas clave
El 16 de octubre, tras varios días de búsqueda, la Policía de Investigaciones detuvo a Beltrán y a otros dos hombres luego de que un vecino alertara que los había visto cargando bolsas sospechosas en un vehículo durante la madrugada.
Cuando los efectivos intentaron fiscalizarlos, los sujetos intentaron huir y agredieron a los funcionarios, sin éxito.
En su declaración posterior, Beltrán incurrió en múltiples contradicciones. Primero dijo que había dejado a Krishna en su casa, pero los registros de cámaras demostraron lo contrario. Luego aseguró que la joven se bajó del auto una cuadra antes, algo igualmente desmentido por las imágenes.
La hipótesis de la venganza
Fuentes ligadas a la investigación sostienen que el asesinato de Krishna habría sido un acto de venganza por la “mexicana” que sufrió Beltrán.
“A una de esas soldadas le balearon la casa. Alcanzó a salvarse”, indicó una fuente a BBCL. En uno de los bunkers de la organización se halló además una mancha de sangre sin identificar.
Entre los seis detenidos figuran la actual pareja de Beltrán, una adolescente de 17 años, su madre Rosa Oñate, además de Ignacio Escobedo y Jordan Pinto, presuntos colaboradores del grupo. El último en ser arrestado fue José Montecinos Contreras, un panadero cuya declaración resultó decisiva para resolver el caso.
Según lo revelado por BBCL Investiga, fue él quien entregó la ubicación del cuerpo de Krishna, afirmando que el “Guatón Beltrán le encargó sepultar a Krishna”.
El cadáver fue hallado en una fosa oculta entre matorrales, en el sector de Catemito, en Calera de Tango, cerrando un capítulo de la historia que desnuda la violencia y las conexiones del narcotráfico en el sur de la Región Metropolitana.


