Según la versión policial, el sujeto se abalanzó con un cuchillo contra dos carabineros, lo que obligó a que utilizaran su arma de servicio
Familiares del fallecido, quienes no pudieron velarlo, cuestionan el uso de fuerza
Eran cerca de las seis de la tarde del lunes cuando la familia de John Letelier (27) estaba reunida en la casa de la Villa Santa Elvira, en Bajos de Mena. El motivo era la emotiva despedida de su abuelo, que tras una semana de agonía y más de un mes de enfermedad, perdió la vida.
Pero la tranquilidad del duelo familiar se vio interrumpida cuando se originó una discusión entre John, nieto del difunto, y otro miembro de la familia. El joven habría tomado un cuchillo e incitado a pelear a la otra persona, lo cuál motivó una llamada a Carabineros. En ese mismo momento varios vecinos acudían a entregar sus condolencias.
Algunos cercanos lograron sacar a John de la vivienda, intentando calmarlo y llevarlo hasta la esquina de la calle 9 de agosto. Allí se produjo la llegada de Carabineros.
Seguimiento en la vía pública
El fiscal Ignacio Soto Retamal, de la Fiscalía Metropolitana Sur, cuenta que “pasadas 18:00 horas, Carabineros se constituyó en un inmueble de Puente Alto tras comprobar una denuncia por violencia intrafamiliar. La víctima señaló a un hombre de 27 años como autor”. Posteriormente, agregó que “los refuerzos policiales hallaron al imputado desplazándose por la vía pública portando un arma cortopunzante”, lo que ya configuraba un delito flagrante.
De acuerdo con la información preliminar entregada ese día, los efectivos policiales realizaron un seguimiento de entre 30 y 50 metros desde la calle 9 de Agosto, hasta el cruce de Estación Huiscapi con Estación Tegualda. En ese trayecto, intentaron persuadir al sujeto para que depusiera el cuchillo.
Según relata el general Héctor Valdés, jefe de Zona de Carabineros, “el personal intentó disuadirlo durante siete minutos, usando incluso gas pimienta”. Además, precisó que desde la central se habían recibido “tres llamadas alertando violencia intrafamiliar. El sujeto amenazaba a su familia con un cuchillo”.
Un registro grabado por un vecino muestra ese accionar, un motorista de la Institución lanzándole gas pimienta con su mano izquierda y luego, con su mano derecha empuña su arma de servicio. Aquel efectivo policial era acompañado de otros dos que intentaban también hacer una contención de la situación, a unos pasos de distancia.

Fue en ese momento que habría intentado atacarlo; el mismo registro muestra a John intentando evadir la detención, escapando en una caminata marcha atrás de la policía, pero siempre desafiante.
“Al ser abordado, acometió contra un Cabo Segundo. Ambos funcionarios (el motorista y otro de la cobertura) efectuaron disparos: uno impactó al imputado, causándole la muerte. El segundo proyectil alcanzó a una mujer transeúnte”, indica el fiscal Soto. Sobre la legalidad del actuar policial, el persecutor afirma que “los disparos ocurrieron en ejercicio legítimo de sus deberes, completamente ajustados a derecho”.
El fallecido, según detalló el subprefecto Robert Briones, jefe de la Brigada de Homicidios Sur de la PDI, “tiene diversas causas, por violencia intrafamiliar”. La investigación estableció además que el conflicto familiar se originó en medio de un duelo. “Ellos venían del fallecimiento del abuelo y ahí se originó la discusión”, confirma Briones.
Un análisis forense fue encargado por la Fiscalía al Laboratorio de Criminalística de la PDI. El subprefecto Briones al respecto sentencia que “se tomaron bastantes testimonios y todos son coincidentes” y que las cámaras corporales de los uniformados “no revelaron irregularidades en el procedimiento”.
Familiares relatan duelo previo y cuestionan el procedimiento
Desde el círculo familiar de John Letelier cuestionaron el procedimiento policial. La madre del joven, Mónica, cuenta a Puente Alto Al Día que la discusión familiar “Fue como a las 6:30. Hubo una pelea cuando llegamos, se puso a pelear con la pareja de mi hermana, y sí, él andaba alterado (…) gritaba un rato y después se aburría y se iba”.
Sobre el desarrollo del procedimiento, su tía Joselyn dice que el llamado a Carabineros fue “con la idea de no involucrarnos nosotros y no generar problemas en la familia. Que Carabineros lo asustara y lo contuviera, o eventualmente se lo llevaran”. Según ella los uniformados llegaron y John les decía: “no me pueden hacer nada porque yo no los estoy amenazando, no se me acerquen”.

La prima del fallecido, Yannis, estaba presente durante el seguimiento y comenta que su primo “todo el rato iba caminando hacia atrás” en medio del lanzamiento del recibir gas pimienta. “Yo le dije, primo hablemos, calmemonos, no hagamos las cosas así. Y él me respondía: ‘no prima, déjame tranquilo’ (…) Yo le pedía al carabinero que no le disparara. (…) Una carabinera me agarró y me dijo que no me acercara porque tenía un cuchillo, yo le dije que él no me iba a hacer nada porque él era mi primo. En ningún momento vi que mi primo se haya abalanzado contra el carabinero”.
“Era desordenado, pero no un delincuente”
Los familiares expresan críticas respecto al uso de la fuerza. “Pudieron haber buscado reducirlo de otra manera, por último dispararle en los pies. Además que ya estaba gaseado en la cara. ¿Por qué tuvieron que dispararle al pecho?”, cuestionó Mónica. “Sí, John era desordenado. Pero no era un delincuente, no era un traficante ni un asesino”.

Duelo interrumpido y funeral bajo custodia
La familia lamentó no haber podido vivir el duelo del abuelo, quien había sido cremado pocas horas antes. “Hace tres horas habíamos enterrado a mi papá “No alcanzamos a vivir un duelo y tenemos que atravesar otro. Para mí esto es una pesadilla”, lamenta Jocelyn.
El traslado del cuerpo de John desde el Servicio Médico Legal fue realizado bajo resguardo policial, al ser considerado en la matriz de alto riesgo por la autoridades por lo que no hubo velorio. “Cuando llegamos al cementerio lo cerraron (…) solo nos dieron unos minutos para podernos despedir, prácticamente en la calle. No hubo oportunidad de hacer una ceremonia o un rezo”, cierra la tía.
Finalmente, la madre del fallecido expresó que “voy a averiguar para ver qué puedo hacer para que no se quede así, porque me lo mataron y encuentro que no es justo lo que hicieron”
La otra herida, fue identificada como una joven de 22 años, conscripta del Ejército, quien nada tenía que ver en el incidente. Recibió un proyectil en la zona pélvica, lesión de la que se recuperaría satisfactoriamente en el Hospital Sótero del Río.