Hace ocho años se comenzó a construir el edificio con el propósito de recibir a 96 niños y lactantes. Pese a que al menos dos licitaciones se adjudicaron a distintas empresas y se aprobaron más de 940 millones de pesos, la obra sigue inconclusa
La comunidad de la Villa Cerro Morado busca que el recinto sea transformado en un Centro Multifuncional, donde se puedan realizar actividades sociales y de apoyo territorial
Cerro Morado es una de las 92 villas que componen el gran sector de Bajos de Mena, en Puente Alto. En el cruce de las calles San Pedro y Quitalmahue, justo detrás del paradero de micros, se levanta sobre viejas láminas de placa carpintera una llamativa estructura que fue proyectada para servir como jardín infantil y sala cuna.
La construcción de la obra comenzó en 2017, como parte del Programa de Ampliación de Cobertura de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), una de las políticas emblemáticas del segundo gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet.
Sin embargo hoy, ocho años después, el recinto de dos plantas y 842 metros cuadrados que se había proyectado para recibir a 96 niños y lactantes permanece inconcluso y su situación a la deriva.
Primera paralización
Junto al edificio sin terminar están los blocks de la villa Cerro Morado. Un pequeño pasaje de tierra comunica a los departamentos con el portón de acceso a la construcción, donde aún sobreviven viejos rayados exigiendo a una empresa de nombre CIMSA el cumplimiento de compromisos contractuales.
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“Esos rayados tienen 8 años allí. Son de los obreros que fueron contratados en esa época para comenzar a construir el jardín. La empresa CIMSA fue la que ganó la licitación en el año 2016, pero no hicieron prácticamente nada. Colocaron unos fierros y se fueron”, contó a Puente Alto al Día Melyna Montes, lideresa territorial de Bajos de Mena.
Un informe de la Contraloría Regional Metropolitana de Santiago precisa que el contrato, aprobado por la Junji en 2016 mediante la resolución exenta N°015/2698, fue terminado anticipadamente en enero de 2018 ”cuando registraba un 19% de avance económico, por la causal de incumplimiento grave de las obligaciones contraídas por el contratante, esto es, retraso reiterado en el desarrollo de la obra e incumplimiento de instrucciones impartidas por el ITO (inspector técnico de obra)”.
Segundo intento de culminar la obra
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El mismo informe puntualiza que en abril de 2022 se adjudicó la licitación pública a la empresa SC Construcciones Ltda, a los fines de concluir las obras del recinto educativo, además de conseguir las certificaciones necesarias y la recepción municipal del inmueble. Para ello, se aprobó un monto de $943.304.393 (IVA incluido) y un plazo de ejecución de 480 días corridos.
Sin embargo, la contratista detuvo los trabajos el 19 de mayo de 2023 por no tener certeza de la vigencia del permiso municipal de edificación, debido a que la obra estuvo paralizada por más de tres años entre un contrato y otro. Al respecto, se conoció que la Dirección de Obras Municipales de la Municipalidad de Puente Alto había resuelto caducar la autorización el 24 de agosto del mismo año, de conformidad con el artículo 1.4.17 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones.
En marzo de 2024, la Dirección Regional Metropolitana de la Junji consignó ante la Seremi de Desarrollo Social y Familia una solicitud de reevaluación por obras civiles, a fin de dar continuidad a los trabajos.
Puente Alto Al Día intentó conocer la versión de la Junji, sin embargo, al cierre de esta edición no se ha obtenido respuesta.
Vecinos proponen crear un “Centro Multifuncional”
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Melyna Montes vive en el block colindante con la obra y una de las salidas de su departamento da justo frente a la construcción.
Con la mirada puesta en el edificio, relató cómo en múltiples ocasiones han tenido que hacer frente a delincuentes del sector que intentaron usar la instalación como base de operaciones para sus fechorías. “En coordinación con Carabineros logramos despliegues policiales que resultaron en el desalojo de los maleantes. Finalmente entendieron que si se metían para acá los vecinos del block los íbamos a sapear”.
Al ver que no se retomaban los trabajos, la preocupación de los vecinos fue creciendo ante la posibilidad de que el inmueble volviera a ser ocupado por malhechores. Es por ello que decidieron como comunidad tomar el inmueble y empezar a desarrollar actividades comunitarias de manera autogestionada con distintas organizaciones sociales.
¿Pero ustedes quieren que se terminen las obras y se ponga en funcionamiento el jardín?
“No. ahora no nos hace falta el jardín. Hay 8 jardines alrededor, todos con matrícula, todos con disponibilidad”, enfatizó Melyna.
“Pedimos que se termine de construir el edificio, pero lo que queremos establecer aquí es un Centro Multifuncional”.
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La propuesta de los vecinos contempla aprovechar los amplios espacios de la segunda planta del inmueble para instalar un centro audiovisual comunitario, “donde se pueda incentivar a los jóvenes a incursionar en el mundo de las comunicaciones, elaborar reportajes sobre temas de relevancia para la comunidad y, por qué no, para su propio desarrollo profesional si se quieren dedicar a ese rubro”.
La idea incluye la instalación de estudios TV y radio y una sala multiuso para talleres de teatro, danza, artes marciales, cueca, canto y clases de idiomas originarios, entre otros usos. “Algunas de estas actividades ya las venimos realizando con voluntarios y movimientos sociales”, apuntó.
Mientras que en la planta baja del edificio, proponen que se habilite un salón con capacidad para 100 personas, destinado a actividades como ceremonias, bingos o completadas, entre otros eventos de interés comunitario. Y en los patios de la instalación, desarrollar espacios para huertos orgánicos y reciclaje.
Resaltó que “una de las propuestas más interesantes, y que aborda un tema que es súper sensible en comunidades vulnerables como la nuestra, es establecer en este recinto una residencia de emergencia para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar con sus hijos. Que sea como un lugar de paso, porque resulta que la mayoría de estos hechos de violencia ocurren fuera del horario de oficina, entonces la víctima no tiene dónde acudir y queda a merced del agresor hasta que empiezan a trabajar las instituciones”.
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“Queremos consolidar un espacio abierto a la comunidad donde puedan llegar diversas organizaciones sociales y territoriales, y funcionar manteniendo su autonomía. Donde además puedan estar instituciones públicas y privadas que necesiten un lugar para desarrollar alguna labor en Bajos de Mena, facilitando el trabajo comunitario, el desarrollo social y territorial”, expresó.
Melyna dijo que ha conversado con el alcalde Matías Toledo.”Hemos tenido muy buena recepción de parte de él y su equipo. Estamos en contacto con el departamento local de infancias y la mesa territorial que es la extensión municipal”.
“Sin embargo, esto es Bajos de Mena y aquí estamos acostumbrados a que nada se nos entrega fácilmente. Todo lo que hemos conseguido ha tenido que ser peleado. Aquí el Estado hizo viviendas, pero nosotros hemos construido ciudad”, finalizó.