Cerca de 40 años lleva María Teres Vargas trabajando en la municipalidad de Pirque, terrenos en los que también se crió y jugó de niña, en compañía de su familia.
Desde hace tres años que María Teresa Vargas (64) es la encargada de informaciones de la Municipalidad de Pirque, siendo la primera persona que ven los vecinos y vecinas al ingresar al recinto, quien amablemente responde sus inquietudes y los guía en los trámites que deben realizar, indicándoles la oficina correspondiente.
Pero la historia de Doña María Teresa con Pirque y en especial con el municipio, se remonta a su niñez: su padre, Bernardino Vargas, fue el cuidador y administrador del lugar, desde, sus inicios, quien también residía en casa ubicada al fondo del terreno, la que aún permanece, y en donde ella se crió y vivió hasta los 15 años, junto a su madre.
“Crecí aquí mismo. De niña andaba por estos mismos lados, jugando, corriendo, encaramada arriba de los árboles, y en el techo de la municipalidad”, comenta entre risas. “Me vestía de adulta, y entraba a los concejos municipales, y con los funcionarios de esa época jugaba a la pelota. Son muy lindos recuerdos de niñez”, indica con emoción.
Cuenta que a los 26 años entró a trabajar al municipio, desempeñándose en diversas labores administrativas, siendo parte del Departamento de personal, el de Licencias de Conducir y de Permisos de Circulación, entre otros, para posteriormente ser estafeta por 30 años, estando encargada de todos los papeleos y trámites municipales, debiendo viajar constantemente a Santiago, recorriendo Ministerios, así como La Moneda y la Intendencia, entre otros logares.
“La verdad es que yo ya soy parte del inventario municipal”, bromea. “Ya me han hecho varios reconocimientos y entregado galvanos por mi historia. He conocido a muchos alcaldes, trabajé por ejemplo, con don Manuel José Ossandón, con la señora Rosario Chadwick, con don Alejandro Rosales, con don Juan Carlos Mellado… ¡la lista es larga pues!”
ATENCIÓN CERCANA Y AMIGABLE
De lunes a viernes, doña María Teresa está en informaciones de la Municipalidad de Pirque desde las 6.30 am, de forma puntual. Esto dice, lo heredó de su padre, quien se levantaba muy temprano a trabajar, lo que ella adoptaría después, por lo que se convirtió en su rutina diaria, aspecto que mantiene hasta hoy como una costumbre de vida.
Comenta que desde niña ha sido -además de madrugadora- una persona hiperquinética, por lo que le cuesta quedarse tranquila, que hace poco “estuve a punto de jubilar, pero me arrepentí. No me imagino estando en la casa, arranada y me gusta mucho estar aquí. Hay personas que vienen a la municipalidad, que me conocen desde guagua… ¡imagínese!. “Eso sí, el 2024 ya tomé la decisión de retirarme, asique me quedan dos años todavía. Ya es tiempo de decir adiós, ¡y aquí en la municipalidad están todos avisados! (risas). Hasta entonces, me podrán encontrar en informaciones, a su completa disposición vecinos, con una atención cercana y amigable”.