El hecho fue denunciado al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), organismo que enviará el reclamo a la empresa aludida, para obtener una respuesta del producto en mal estado.
¿Qué pasó?
El restaurant de pollos asados y colaciones La Ruca del Chawal, fue acusado de comercializar un pollo asado que presentaba gusanos. La situación aconteció el 7 de noviembre pasado, cuando David Morales (18), acudió al local de calle Bernardo O’Higgins, para llevarle almuerzo a su polola.
De acuerdo a la denuncia, la compra se trató de un cuarto de pollo asado con papas fritas, cuyo valor fue de $4.200; el adolescente detalló: “Ella (su polola) comió un poco, porque no se dio cuenta de nada al principio, pero después vio que se movió algo y eran los gusanos, vomitó todo”.
De inmediato el joven residente de la población Santa Marta se acercó al local, para informar acerca de la delicada situación, pero ya habían cerrado. Comenta David que indagó algún teléfono de contacto en Internet, sin embargo, no existían registros.
Por ende, al día siguiente en horario de almuerzo logró reportar el caso al encargado: “Le comenté el tema y me dijo que llevara el pollo para devolverme la plata”; el muchacho no regresó, puesto que el producto fue desechado, sin embargo anteriormente captaron el registro para subirlo a redes sociales.
Asimismo, David se comunicó con el Sernac, para seguir con las acciones pertinentes por parte de la entidad que protege los derechos del consumidor.
Derecho a réplica
En tanto, PALD concurrió al local aludido para obtener la declaración de la parte denunciada. Fue así, como Víctor Cáceres, quien se desempeña como cajero hace más de cinco años en La Ruca del Chawal, comentó: “Cuando vino este lolo me mostró el video, y le pregunté si traía la boleta o el pollo para hacerle la devolución del dinero”.
En la misma línea, explicó que el lugar adquiere los pollos a través de la empresa Ariztía, y que “con el video es imposible probar lo que decía, porque lo podría haber comprado en otro lado”, añadiendo que tomó contacto con el dueño, quien igualmente realizó el reclamo pertinente a la reconocida empresa avícola.
Desde Ariztía –según continúa el relato de Víctor-, negaron la presencia de gusanos en los pollos, dado que el producto fue despachado en la mañana, con una rigurosa cadena de frío.
“El joven no volvió, entonces pensamos que había sido ‘chamullo’ para devolverle la plata; yo esperé, de hecho cerré después de las seis, porque si hubiera sido real habría traído lo que yo le pedí y lo solucionábamos en el momento”, señaló el cajero, asegurando que “nunca había pasado algo así”.
Por último, David Morales envió la boleta a nuestro medio, para corroborar la versión inicial acerca de la compra que, afortunadamente, no causó mayores complicaciones a su polola.