Alejandro Mardones trabaja desde hace cuatro décadas en una maestranza puentealtina, negocio que fundó su padre hace más de 70 años.
Desde hace 40 años que Alejandro Mardones, puentealtino de cuna, trabaja en la Maestranza que hoy se ubica en Las Lilas 922, esquina Domingo Tocornal, luego de haber estaba emplazada anteriormente en Irarrázaval y en Eyzaguirre.
“Hoy en la pega me acompaña uno de mis hijos y un hermano. Esta Maestranza la fundó mi padre, hace ya más de 70 años, por lo que ha sido un negocio de carácter familiar. Aprendí mirando primero, desde chico, como a los 8 años, y así me fui adentrando en este este mundo, metido entre fierros y metales, que me gusta mucho, pues siempre he dicho que hay que tener corazón para hacer esto”, afirma don Alejandro.
En su trabajo diario, al que viaja desde Pirque a la capital provincial todos los días –se mudó hace 5 años con su familia a la comuna de aires rurales- Mardones se dedica a la construcción de piezas de acero, para maquinarias pesadas como camiones, excavadoras y retroexcavadoras, así como a labores de mantención, reparación y soldaduras, entre otras tareas, que se inician a las 8 de la mañana y se extienden hasta pasadas las 18 horas.
Cuenta que llego hasta 2º medio en la Escuela Matte, y luego ingresó a la Industrial, en construcciones metálicas, obteniendo el título de subtécnico en máquinas y herramientas. “No fue tan complicado, pues ya tenía la base y los conocimientos necesarios y la verdad más que nada me perfeccioné. Este oficio no se ve mucho hoy en día, mucha gente que llega queda sorprendida con el trabajo que hago”.
CREATIVIDAD DIARIA
Consultado en relación a cómo le ha afectado la pandemia del Coronavirus en su labor, dice que no se ha detenido, pues su rubro fue catalogado como servicio de primera necesidad. “Nos llenamos de pega algunos meses, otros bajó un poco, pero no me ha faltado trabajo y eso se agradece”, indica.
Sobre lo mismo, agrega: “Se les hizo mantención a máquinas grandes, como camiones y retroexcavadoras, las que estuvieron inactivas por un tiempo con todo esto que pasó”.
Pese a que las máquinas pesadas traen actualmente incorporada bastante tecnología digital, “con válvulas eléctricas y llenas de botones”, igualmente “el trabajo ‘a mano’ se mantiene”,según explica Mardones. “Si bien antiguamente la maquinas eras más brutas, por así decirlo, con palancas, todo lo que son las ruedas, palas, etc. se mueven con bujes y pasadores, los que se van gastando con el tiempo, y eso no va a cambiar, y ahí es donde esta pega es importante”.
Uno de los aspectos que más le apasionan de su trabajo guarda relación con la creatividad en la fabricación de muchas piezas, adecuándolas a cada tipo de máquina. “Hay un constante funcionamiento de neuronas”,dice entre risas. “Eso me mantiene muy activo, pues siempre se están haciendo cosas nuevas. Si algo no funciona de una forma, se hace de otra manera, hasta que quede perfecto. En esto yo creo que seguiré hasta que me muera oiga”, concluye.