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Vida de amor y de cuidados a la familia

Doña Edelmira Núñez goza hoy del cariño de sus seis hijos, que se sienten afortunadas de poder contar con la compañía de su madre a los 95 años.

El pasado 6 de noviembre, en su hogar en Puente Alto, y rodeada de su familia, doña Edelmira Núñez Figueroa celebró sus 95 años de vida. “Lo pasé muy bien, y lo mejor es que me acompañaron mis seis hijos, que me quieren mucho y se preocupan por mí a mi edad”, dice emocionada la longeva mujer.

Doña Edelmira llegó con 28 años a Puente Alto desde Cautín. Fue en esas tierras sureñas donde conoció a su futuro esposo, efectivo de Carabineros, que fue trasladado a Santiago, pero al tiempo la fue a buscar, se casaron y ambos finalmente terminan viviendo en la capital, donde la pareja echó raíces.

“Por el trabajo de mi padre, mi mamá estaba mucho tiempo sola en casa, como dueña de casa, y se dedicó en un 100% a nuestra crianza. Somos hartos hermanos, y nos tuvo a todos bien seguido. (…) Ella nos hacia la comida, nos tejía la ropa, lavaba a mano, pues en esos tiempos no había lavadoras. Se esforzó mucho por todos nosotros mientras el papá estaba afuera”, señala su hija Lucy Figueroa, quien vive junto a su marido con su progenitora desde la muerte de padre, en 1993, que falleció de forma fulminante y repentina de un paro cardiorrespiratorio, hecho que dejo a su madre muy golpeada, pues cuenta que ambos tenían muchos planes juntos a futuro, los que lamentablemente no pudieron concretarse.

FAMILIA UNIDA

Junto a Lucy también se encuentran presentes parte de sus hermanos, que viajaron especialmente por el cumpleaños de su madre: uno desde Antofagasta y otro desde Punta Arenas, los que dicen sentirse felices de poder contar con su presencia a su edad, una mujer ejemplar que siempre estuvo junto a ellos, entregándoles cariño y cuidados.

Y sus hijos coinciden en que hoy les toca a ellos cuidar de su mamá, tarea que se toma muy en serio Lucy. “Ella trabajó mucho tiempo en labores del campo, y además es muy buena para tejer, les hacia la ropa a los inquilinos allá en el sur. La ropita que nos hacía le quedaba muy linda, nosotros felices de usarla después. Ella muchas veces se quedaba dormida tejiendo”, recuerda.

Consultada por su salud, los hermanos explican que doña Edelmira presenta algunas dolencias producto de un accidente automovilístico de hace unas décadas, pero que aparte de eso, no presenta mayores complicaciones siendo muy activa, levantándose temprano todos los días. “No me gusta quedarme en cama oiga. Me gusta caminar. Mi hija me dice, por ejemplo, que en invierno me quede en la camita, calentita, que me lleva ella el desayuno… ¡pero me aburro acostada”, comenta entre risas doña Edelmira.

            Lucy comenta con orgullo que su madre es, además, parte del Círculo de Carabineros (R) de Puente Alto, siendo la socia más antigua actualmente, por lo que también es muy querida y admirada. “Damos gracias a Dios que la tenemos con nosotros aún. Ella lo dio todo por nosotras y es tiempo de devolverle todo ese cuidado y amor, de parte de la linda y unida familia que formó”.

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