La producción se transmitió por casi cinco años, cuya trama comenzó con una madre de escasos recursos, que tuvo que vender a una de sus hijas.
¿Qué pasó?
Por fin –para muchos seguidores-, la teleserie emitida por Mega tuvo su gran final este miércoles; donde hubo una serie de hitos, desde parejas unidas por el amor, hasta villanos “resucitados”.
La historia generó tal éxito en audiencia, que poco a poco los personajes iban mutando, dando giros inexplicables, como que varios murieran y luego aparecieran convertidos en otros, o incluso algunos se realizaran cirugías de cambios de rostros.
Pareja reconciliada y spoiler confirmado
Rocío finalmente se queda junto a Tomás y compran una casa para que Benjamín viva junto a su hijo.
Por su parte, finalmente se cumplió el spoiler que indicaba que Julieta iba a ser internada en un psiquiátrico, debido a su estado de salud.
Prófugos y aparición fantasmal
Otra de las interrogantes por parte de los telespectadores, era el final entre la pareja de actores conformada por Camila Hirane y Matías Oviedo; Martina y Cristóbal, respectivamente. Este último se vio siendo trasladado a la cárcel, pero su enamorada no dudó en rescatarlo y salvarlo, terminando como prófugos de la justicia.
Entonces, vino el giro más esperado, ya que Leonardo (Carlos Díaz) apareció a lo lejos, observándolos y deseándoles la mayor felicidad a los tórtolos.
Robo del bebé de Julieta
En tanto, otra situación con una guagua “robada” fue la que terminó con Benjamín (Gabriel Urzúa) y Julieta (Javiera Díaz de Valdés), ya que luego de perder la custodia de su hijo, el joven quedó tan devastado que Rocío (Solange Lackington) no encontró nada mejor que cumplir su promesa.
Por eso, fue y le quitó el bebé a la desquiciada mujer, y luego se fue junto a su retoño y su gran amor Tomás (Cristián Campos) en un avión fuera de Chile, para poder quedarse con el niño, mientras Julieta quedó devastada y encerrada en una clínica psiquiátrica.
Los últimos villanos
El episodio final despejó todo con una sorpresiva escena: Gaspar y Mateo, muy vivos y coleando, se disfrazaron de enfermeros y secuestraron a la recién nacida hija de Olivia (Carmen Zabala).
Un hecho que dejó la grande y provocó la mayor tensión del capítulo, donde finalmente no se supo qué ocurrió después de esto, dejando así un espacio completamente incierto.
Alto rating
La superproducción de la señal privada generó un significativo rating, asimismo su desenlace dejó abiertas algunas inquietantes tramas, que quizás en un futuro se vuelvan a retomar, en la histórica teleserie más larga de la televisión chilena.
