El Campeonato Nacional GP3, de moto velocidad, certificado por la Federación Internacional de Motocicletas, tiene presencia de un puentealtino. Se trata de Rubén Bustamante, del sector de Casas Viejas, piloto del equipo Pocho Racing.
Comenzó en el karting, pues desde pequeño fue amante de los motores. En 2021, luego de vender su vehículo para cumplir el sueño de la casa propia, obtuvo su primera moto. Una R15. “Me compré una moto que era supuestamente para ir a trabajar. Pero era con cero intenciones de competir”, recordó Rubén Bustamante.
En la calle conoció a otras personas que compartían su pasión y así llegó hasta un kartódromo, donde descubrió la competencia. “Me pasaban como si estuviera estacionado. Así que ahí fue cuando más me motivé”, aseguró Rubén.
Luego de observar a otros pilotos, estudiar videos, practicar y fallar, logró entrar a la competencia, durante este año, con el patrocinio de uno de los equipos más establecidos, Pocho Racing. Hoy compite con una Yamaha R3 acondicionada para cada pista de la competencia, y con muy buenos resultados. Tiene tres podios consecutivos.
“El motor está stock, pero está reprogramada. Está funcionando con 10% de etanol. La relación se cambia dependiendo de la pista. Si necesitamos más velocidad final, más torque. Todo depende de dónde compitamos. Suspensiones, estriberas, manillares, todo muy distinto a una R3 de calle”, detalló.
El problema es alto valor que tiene practicar el deporte. A pesar que tiene un pequeño auspicio del equipo, como aceite y algunos descuentos en taller, todo debe costearlo Rubén. Traslados, bencina, cambios de neumáticos, entre otras cosas. Por ejemplo, solamente la inscripción cuesta más de un millón de pesos.
Incluso, en varias ocasiones ha tenido que competir con neumáticos usados. Lo que significa, por ejemplo, una gran diferencia de fracciones de segundos que pueden determinar el resultado de una carrera.
Por eso, tiene que complementar el deporte con su trabajo como conductor de camiones y también ha tenido que organizar algunas rifas para recaudar fondos, buscar apoyos. “Juntando las lucas como se puede, con el apoyo que se puede o quien quiera ayudar. Hicimos un par de rifas y algunas personas me ayudaron con unos premios y un par de cositas. Eso mayormente, la verdad es que es muy difícil”, comentó Bustamante.
Hace poco, comenzó a dar clases personalizadas de conducción deportiva de moto en Puente Alto, para sumar un ingreso extra. “Cerca del Cerro La Ballena. Es un ocho, básicamente. En el piso está dibujado y nosotros vamos enseñando desde cero”.
El mismo circuito utiliza Rubén Bustamante para entrenar sin costo y sin restricción de horario. El ingreso a una pista de entrenamiento significa otros 20 mil pesos, más el traslado de la moto. “Como nuestras motos están preparadas para carrera, no pueden andar en la calle. No tenemos focos, no tenemos intermitentes”.
A pesar de las dificultades, Rubén continúa preparándose para la competencia de este mes en Codegua. En noviembre, deberá ir a correr en el Circuito San Juan Villicum, en Argentina. Mientras tanto, sigue buscando apoyos, algún auspiciador y reuniendo fondos por su cuenta para cumplir el sueño de correr.
