Durmió en la calle junto a otro menor de 11 años y un grupo de adultos.
Un taxista alertó a su madre de su ubicación.
J.G., de tan solo 12 años, avisó a su madre Jennifer García la tarde del sábado 11 de enero que iría a la Plaza de Puente Alto a juntarse con unos amigos. Así, pasadas las 14 horas salió vestido desde su casa con un pantalón corto, una polera de color gris y zapatillas azules marca Nike.
También llevaba su teléfono celular para comunicarse con su familia.
Sin embargo, J.G. no volvió a tener ningún tipo de contacto con su madre, quien pasadas las 18 horas comenzó a preocuparse de su hijo, quien no contestaba las llamadas.
Con la esperanza de que pudiera estar alojado en casa de un amigo, Jennifer dejó pasar la noche del sábado y la madrugada del domingo, día en que fue a Carabineros a realizar la constancia respectiva por la desaparición de J.G.
Durante todo este periodo Jennifer y otros integrantes de la familia llamaban una y otra vez al teléfono del menor de edad, quien no respondía. Peor aún, las llamadas pasaban directo a buzón de voz.
En medio de la angustia, Jennifer subió una publicación a su facebook donde entregó las características de su hijo, además de una foto de él.
Este posteo se viralizó rápidamente por las redes sociales, lo que al final fue clave para dar con el paradero de este niño puentealtino que cursa Sexto Básico en el Colegio Pedro Aguirre Cerda.
PLAZA ITALIA Y TAXISTA
Mientras la familia de J.G. lo buscaba por todos lados y su foto comenzaba aparecer por todos lados en Internet, el menor no tenía idea de lo que había generado y no tenía ninguna intención de llamar a su madre para tranquilizarla.
Sin embargo, fue un taxista quien alertó a Jennifer de la ubicación de su hijo, luego que el conductor recogiera a una familia en Plaza Italia.
De acuerdo a la versión de la mujer, quien conversó con PALD, los padres de un menor de 11 años, quien padece una enfermedad psiquiátrica, llegaron hasta las inmediaciones de la Plaza Baquedano en busca de su hijo, quien también estaba desaparecido desde el sábado.
“Ellos encontraron a su hijo quien estaba acompañado del mío. Le preguntaron qué hacía ahí y si lo podían ayudar. De esta forma se lo llevaron a su casa”.
RELATÓ A PALD JENNIFER.
Este fue el momento clave para dar con la ubicación de J.G., ya que el chofer del taxi reconoció al menor de edad, por lo que llamó a Jennifer para decirle lo que había pasado.
“Él había visto la foto de mi hijo en Facebook y al verlo tuvo la certeza de que era él. Me dijo lo que había pasado con la familia del otro niño y dónde los había dejado”, detalló la joven madre, quien además tiene otros tres hijos.
Tras ello, Jennifer buscó la publicación de esta familia de Recoleta que también se había viralizado, logrando conversar con la madre del menor de 11 años en la mañana del lunes.
“Ella me dice que mi hijo había dormido junto al suyo en las cercanías de la Plaza Italia y que estaba en su casa. Me mandó una foto de él y claramente era mi hijo”,contó esta mujer.
Durante la mañana del lunes pasado J.G. salió temprano desde Recoleta con dirección a su casa en Puente Alto, pero tardó en llegar.
Por ello, Jennifer volvió a ir hasta la PDI, para luego dirigirse hasta Plaza Italia, ya que creía que su hijo había vuelto al lugar.
Sin embargo, J.G. llegó pasadas las 14 horas del lunes 13 de enero a su casa.
“Estaba por llegar al centro de Santiago cuando me avisan que había llegado. Para mí fue un gran alivio”, detalló la mujer, quien tuvo que cambiar el rumbo y devolverse hasta Puente Alto.
PROTESTAS
Una vez en su casa Jennifer y su hijo sostuvieron una conversación a solas, donde el niño le confesó que había ido a meterse a las manifestaciones de Plaza Italia.
Según Jennifer, no es la primera vez que lo hace, ya que había participado de otras protestas en la Plaza de Puente Alto.
“Le gusta andar en las manifestaciones, en los disturbios. Me dijeron que le sacara la cresta por esta situación, pero yo no comparto la violencia de ningún tipo. Él sabe del por qué de las manifestaciones, se lo explicamos. Entendió de qué se trata, pero a él le gusta meterse en esas cosas, que yo no comparto”, comentó Jennifer.
Al consultarle por qué su hijo no se había comunicado, Jennifer dijo que a él se le había mojado el celular luego que recibiera agua del carro lanza agua de Carabineros cerca de Plaza Baquedano.
“Me dijo que no lo volvería hacer y que cada vez que saliera iba a volver a casa”, precisó la joven madre, aunque ella no está segura de que se cumpla esta promesa.
El caso de J.G. no es casual, ya que desde el estallido social ciento de miles de menores de edad, en especial adolescentes, han estado participando en marchas y hechos de violencia.
Si bien la cifra ha disminuido con el paso de los meses, lo cierto es que en las últimas manifestaciones que se han registrado en el sector céntrico de la comuna son numerosos los niños y niñas que están en medio de los actos violentos.
El pasado 6 de enero, por ejemplo, en el día que se rendía la PSU, menores de edad estaban dentro de los grupos que boicotearon la rendición del examen. Algunos fueron detenidos por tomas y provocar desórdenes en las afueras de los establecimientos educacionales.
Lo cierto es que J.G. es uno más de los niños o niñas que aprovechan estas protestas para “socializar” con sus pares y “sentir la adrenalina” de enfrentarse con las fuerzas del orden.
Sin embargo, el riesgo está en que son simplemente niños, que no tienen la noción del peligro al que se exponen y el daño que pueden provocar sin medir las consecuencias.