Una madre llegó con gritos de auxilio hasta la unidad, siendo recibida por dos funcionarios que aseguran que lo ocurrido aquel día “fue obra de Dios”, ya que todo indicaba que la menor había perdido la vida.
Fue durante la madrugada del domingo 4 de febrero. Una mujer adulta llegó hasta la subcomisaría de Las Vizcachas, en la comuna de Puente Alto, para solicitar ayuda. Su hija, una lactante de tres meses de vida, no presentaba signos vitales.
El hecho pasó a las 03:25 horas. En ese momento se encontraban de servicio de segunda guardia el carabinero Claudio Benítez y cabo segundo Claudio Alvarado Inostroza.
Alvarado explicó que cuando la mujer llegó gritaba pidiendo auxilio, por lo que salieron rápidamente fuera de la unidad. PALD se dirigió hasta la subcomisaría para conocer los detalles detrás del milagroso hecho que ocurrió ese día.
“Yo imaginaba que se trataba del bebé, porque (la mujer) lo traía con desespero. Y lo primero que me dice es ‘mi bebé está muerto’”, relata el cabo segundo Alvarado, agregando que “ella venía haciendo insuflaciones al bebé, venía soplándole la boquita, en un pseudo intento de reanimación. Frente a esto, yo le arrebato la guagua de las manos; se la quito, literalmente, y le pido al carabinero Benítez que contuviera a la madre, mientras yo intentaba actuar con el bebé”.
El funcionario puso a la lactante en su mano derecha, boca arriba, con la finalidad de ver si tenía un objeto que estuviera obstruyendo sus vías respiratorias, su boca o nariz. No tenía nada. Se acercó para escuchar su respiración. No respiraba. Luego le tomó el pulso y tampoco tenía signos vitales.
“Ahí, yo, sinceramente, oré a Dios. Clamé al Señor y le dije ‘tú eres el único soberano, tú eres el único que tiene la facultad, la potestad referente a la vida y si es tu voluntad, ten misericordia de este bebé”, dice el uniformado.
Así es como siguió con las labores de reanimación. Y ocurrió. La pequeña volvió a respirar y había regresado su pulso. Rápidamente, llamaron a las unidades correspondientes (bomberos y ambulancia) quienes, según relató, llegaron en pocos minutos. Ellos trasladaron a la menor y a su madre hasta el área pediátrica del Hospital Sótero del Río.
Posteriormente, se enteraron vía radial que habían logrado estabilizar a la pequeña. Según supieron, la madre le habría suministrado un medicamento que la menor no soportó, provocando la angustiante situación.
“A mí me ha tocado en otras oportunidades hacer reanimaciones a personas adultas. A pesar de que uno tiene el conocimiento entregado por la institución para hacer este tipo de maniobras, uno no está realmente preparado para enfrentar una situación así con un lactante, porque es bastante chocante si lo comparamos con un adulto”, describe Alvarado sobre el hecho.
El policía destaca a su compañero, el carabinero Claudio Benítez, quien supo contener a la madre que en varias ocasiones intentó quitarle a la bebé de los brazos, mientras hacía los intentos de reanimación. Ambos son cristianos, por lo que para ellos nada de lo ocurrido fue una casualidad.
“Yo insisto que aquí toda la gloria y la honra es de Dios. Nosotros somos unos simples instrumentos, pero al Señor le plació que estuviéramos acá para él ser glorificado, porque nosotros poco podemos hacer frente a la muerte”, cerró el uniformado.