Si visitaba regularmente el Centro Bibliotecario de Puente Alto -antes de su cierre- lo más probable es que don Mario lo haya saludado, dándole la bienvenida al recinto municipal.
Desde hace 10 años que Mario Salazar (59) ejerce funciones de guardia y conserje en el centro Bibliotecario de Puente Alto, ubicado en Av. Concha y Toro, a pocos metros del centro de la comuna.
“Soy la primera persona que ve la gente que viene a visitarnos, el que se encarga de atenderlo y saludarlo”, indica don Mario, quien llegó a vivir a la capital provincial hace ya 22 años, llegando primero al sector de Bajos de Mena. Su hogar en dicho lugar fue demolido y con el subsidio entregado de parte de las autoridades, pudo establecerse definitivamente en la Villa Francisco Coloane, en donde vive en una casa más amplia y está más cerca de su trabajo, mejorando así su calidad de vida.
Pero, antes de desempeñarse en sus labores actuales, Salazar trabajó por muchos años en la industria textil, la que se vio muy afectada en los años 80 producto de la competencia, lo que se tradujo en bajos precios de telas importadas, lo que llevaría a la postre al cierre de las empresas dedicadas al rubro. En este sentido, lamenta la poca protección que se entregó a la industria nacional.
“Estuve en dos empresas y en una de plásticos, hasta que un día me despidieron. Llevaba una semana sin trabajo y me acerqué a DIDECO de Puente Alto para encontrar pega, y por esas cosas de la vida, un caballero me dio un dato de pega, debía presentarme en el lustrín. Fui a la entrevista a ya los dos días me llamaron para trabajar en la Corporación Municipal, como guardia. Estuve así en colegios, salas cunas, jardines infantiles, etc. Conocí muchos lugares de la comuna”,recuerda.
Hasta hoy don Mario agradece esa oportunidad. “En este trabajo recibo mucho el cariño de las personas. ¿Sabe? a mi señora no le gusta andar mucho por el centro de la comuna conmigo, ¡porque me paran a cada rato para saludarme! Ella sigue caminando no más”, cuenta entre risas. “Yo soy bien de piel con la gente”, agrega,
ESPERADO RETORNO
El Centro Bibliotecario abrió de forma intermitente luego del estallido social del 18 de octubre, evitando posibles daños, y con la llegada de la pandemia, cerró sus puertas a mediados de marzo hasta nuevo aviso. Sin embargo, el recinto fue utilizado para hacer exámenes de test PCR de Covid-19.
“Por ese tiempo, trabajando, me pegué justo el coronavirus. Menos mal que no me dio tan fuerte, solo dolores agudos de cabeza, y ahora debo ir al médico por una dolencia en la espalda que es por lo mismo. Me cuidé harto, y logré salir adelante, gracias a Dios”, comenta Salazar.
En estos momentos, don Mario va diariamente al Centro Bibliotecario Puente Alto y ayuda en tareas de restauración del lugar, mientras espera que pronto abra sus puertas una vez más para poder recibir a los vecinos y vecinas de la comuna. “Se echa mucho de menos a la gente. Ojalá podamos volver luego”, sostiene.
