Alejado del mundo de la música hace décadas, rememora con melancolía y cariño su paso por la banda, así como a sus amigos, miembros del conjunto, quienes la mayoría ya han partido.
En junio del pasado año, a los 70 años, falleció Juan Salinas, más conocido como “Juan de los tarros”, dada su gran pasión por la batería. El músico fue miembro por años de Alma, agrupación que marcó un hito a nivel local en el género rock, y que trascendió generaciones de los años setenta y ochenta, con diversas y recordadas presentaciones en la comuna y la provincia.
Posteriormente, Salinas estuvo tocando con otras bandas ligadas al género de la cumbia – mostrando así su versatilidad musical- en diversos locales nocturnos de Puente Alto.
Un dato que pocos saben es que “Juan de los tarros” formó parte de otra banda antes de ingresar a Alma, la que tenía un futuro prometedor por delante: fue baterista del grupo Solazul –que interpretaba baladas románticas- que a principios de los ‘70 llegó a ser un artista exclusivo del entonces sello Phillips, agrupación en la que militaba Mario Carrasco (76) en la guitarra, quien visitó la dependencias de PALD, trayendo un afiche de la época en los que salían los dos singles que lanzaron en su corta carrera musical, y a la vez, recordó a sus queridos amigos, ex compañeros de banda, todos puentealtinos, quienes la mayoría ya han partido de este mundo.
“Antes de ser conocidos como Solazul nos llamábamos Los Satánicos”, dice entre risas Carrasco. “Recorríamos hartos locales de Puente Alto, en festivales, todos teníamos entre 21 y 22 años. Tocábamos rock n’ roll, cumbias, etc. Una vez estábamos en un baile en la Escuela Industrial, y ese mismo día había un show de varios artistas de la nueva ola en el gimnasio municipal, venia el Pollo Fuentes, por ej, y animaba Enrique Maluenda. Les falló la banda de acompañamiento, y como solución de último minuto nos contactaron a nosotros, yendo a buscarnos. ¡Nos ofrecieron ser la banda soporte! Ensayamos un poco, las canciones, ya la ubicábamos, por lo que no fue algo tan complicado, y nos fuimos al gimnasio, sacando adelante el evento”, agrega.
Fue tanto lo agradecido que se mostraron los organizadores, que Enrique Maluenda los lleva a la TV. “Aparecimos varias veces, y nos llevaron tocar a diversos lados en Santiago, hasta que un día nos contacta un productor del sello Phillips, Raúl Córdoba que también era compositor. Nos ofreció grabar un tema de él, de forma profesional, titulado ‘Me vas a echar de menos’. ¡Quedamos encantados! Y además aprovechamos de incluir otra canción de mi autoría, ‘Busco el camino hacia tu corazón’. Ambos fueron lanzados en disco como singles. Eso sí, al gerente del sello no le gustaba nuestro nombre, y al final lo cambiaron a Solazul, el que finalmente adoptamos”, cuenta el exguitarrista.
EL LP QUE NO LLEGÓ
En la actualidad, el disco que contiene las dos canciones es una pieza de culto de la música chilena, muy difícil de encontrar, siendo altamente valorado. En su tiempo vendió cerca de 6 mil copias, y ambas eran habituales de la parrilla programática en las radios.
Lamentablemente, Solazul existió hasta el 1974, año en que el conjunto se separa. Había planes de grabar un LP, pero las diferencias creativas y los egos fueron mermando la relación entre sus miembros.
Mario por su parte, se desconectó del mundo musical tras este “impasse”. Se dedicó a su oficio como maestro mueblista, para luego irse a vivir con su familia por 10 años a Tandil, Argentina, país en el que trabajó en la industria metalúrgica, regresando posteriormente a Chile, desempeñándose en una librería en Santiago, donde se jubila.
Sobre sus años como músico destacado, reflexiona: “creo que desaprovechamos una gran oportunidad… como se dice en buen chileno, nos la ‘farreamos”.
Cuenta que pocos días antes de fallecer Juan Salinas, quien tocaba la batería en Solazul, lo fue a visitar a su hogar. “¡No nos veíamos hacía mucho tiempo, años! Me alegró mucho verlo y saber de él. Recordamos viejos tiempo, y la amistad musical que nos unió. Me contó que dejaría finalmente la música, y se iba a ir al sur, y fíjese, se fue al poco tiempo… Somos pocos los que ya vamos quedando de Solazul, a quienes siempre he tenido un gran cariño, pues me recuerdan grandes momentos de mis días de juventud”, concluye emocionado el exguitarrista.
