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“Laurita” y el adiós de su querida peluquería

Tras 54 años de funcionamiento, el local de doña Laura Murgas cierra sus puertas de forma definitiva, dejando tras en él mucha historia de Puente Alto.

Laura Murgas González (76) es una puentealtina de cuna. Hija de padres que llegaron desde el sur a buscar mejores oportunidades a la capital, fue la cuarta de siete hermanos, y siempre destacó por su tesón, esfuerzo y las ganas de salir adelante, pese a las adversidades.

Tras sus estudios en la Escuela Consolidada, ingreso a estudiar peluquería a la Escuela EFA. “Mis padres lamentablemente no pudieron costearme una mejor educación, por esos tiempos era complicado”, comenta doña Laura. “Trabajé primero en una peluquería que estaba en Clavero con Concha y toro, y después en otra por Eyzaguirre, cuatro años después me independicé y con una amiga abrimos un local, ¡tenía tan solo 22 años!”, agrega.

Si bien dice que la peluquería contaba con su nombre respectivo, todos la  conocían por “Laurita”, pues ella era la cara visible y querida del negocio, el cual se emplazaba en Santo Domingo #354.  Cuenta que con su socia trabajaron juntas por diez años, y luego, continuó sola, recibiendo esporádicamente la ayuda de una hermana. Al recordar sus inicios, se emociona: “mi marido me hizo un peinador con una madera y una clienta me regaló 4 sillas y un espejo. Así partió todo”.

En su más de medio siglo de funcionamiento, la peluquería “Laurita” contó con cientos de clientes, pasando por ella distinguidos personajes y familias de la historia puentealtina, hasta las personas más humildes, pues deja bien claro que todos eran tratados por igual en su local, sin importar condición socioeconómica.

Con orgullo, señala que en 2004 recibió un reconocimiento de la Cámara de Comercio de Puente Alto: el premio Sara Yaquich, el cual le fue otorgado por “el esfuerzo y la perseverancia de una dama del comercio establecido”, mientas que el 2016, cuando su peluquería cumplió 50 años de vida en la comuna, la municipalidad, a  través de su Departamento de Fomento Productivo, le hizo entrega de una medalla en su calidad de “emprendedor exitoso”.

“MI VIDA LA PELUQUERÍA”

Doña Laura tuvo que operarse recientemente, por lo que se encuentra delicada de salud por estos días, motivo que la llevó, tras 54 años,  a poner fin a su querido local, cerrando las cortinas este pasado 5 de noviembre: una decisión difícil, pero que asegura tuvo que tomar. “Mi vida era la peluquera, sí lo era, yo creo, antes que mi verdadero hogar. Agradezco a todos mis clientes, por su cariño, a todos quienes me han apoyado y  preferido todos estos años. He visto pasar a distintas generaciones, desde padrea a hijos, pasando hasta sus nietos. Es algo muy lindo”.

Cree con firmeza que lo que le ha pasado en este último tempo “fue un aviso de Dios. Estoy esperando ahora que me entreguen los resultados médicos, y si salen bien, creo atenderé en mi casa o a domicilio, es algo que tendré que decidir. Y si no es así… creo fueron muchas las cosas buenas en mi vida y me quedo con eso. A quien también doy las gracias, además de al de arriba, es a mi esposo Guillermo, que siempre ha estado conmigo, apoyándome en las buenas y en las malas, en estos 52 años que llevamos juntos”,concluye emocionada.

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