Rodrigo Legrand encontró en la recolección y venta de latas una fuente de ingreso para pagar los exámenes y medicamentos de su hija, diagnosticada con colitis ulcerosa y Mal de Crohn
La vida de Rodrigo Legrand cambió cuando a su hija le diagnosticaron una delicada enfermedad, que afectó drásticamente su salud y que requiere de costosos tratamientos para poder garantizar su calidad de vida.
Ajeno a las rifas, bingos y lucatones, Rodrigo decidió emprender una actividad que le permite reunir el dinero necesario para los medicamentos y los exámenes de su hija, y además prestar un valioso servicio a la comunidad: recolectar latas y desechos metálicos para venderlos como reciclaje.
Cuenta que su hija, que actualmente estudia Educación Diferencial en la universidad, comenzó a tener hemorragias y sangraba todos los días. “Íbamos de médico en médico y de hospital en hospital, hasta que se determinó que padece de colitis ulcerosa y más recientemente le detectaron el Mal de Crohn”.
Indicó que aunque “de un tiempo a esta parte pasa más en médicos que en la universidad”, se trata de una enfermedad controlable. “Es crónica para toda la vida, pero si tiene buenos tratamientos puede llevar una vida normal. Y gracias a Dios hasta ahora hemos podido salir adelante”.

“Para ayudarla, me dedico a rescatar latas. Estoy todo el santo día desde la mañana hasta la noche buscando dónde conseguir más. Me voy desde mi trabajo en Baquedano hasta Puente Alto recogiendo latas todos los días”, relató.
Agradece también la ayuda de sus vecinos, quienes han tejido alrededor de su causa una red de apoyo y le colaboran acopiando latas en la comunidad y llevándolas a su casa.
“Decidí crear esto por dos razones. La primera, porque todo el mundo está mal económicamente; y la segunda porque lamentablemente por culpa de mucha gente que ha utilizado mal las redes sociales con el tema de las rifas y los bingos, ya nadie confía en nadie”, aseveró.
Mencionó el caso de “un personaje popular en Chile que en su momento publicó una lucatón y después a los cinco días apareció con un auto nuevo 0 kilómetros para la familia. Por eso yo no he querido pedir un solo peso a nadie”.
Dijo que hasta ahora con el reciclaje y venta de latas ha alcanzado a cubrir los tratamientos de su hija, sin embargo, últimamente ha tenido dificultades por el alto costo de algunos exámenes. “En esta ocasión la colonoscopía es de un precio altísimo: solo ese examen ronda los 300.000 pesos con la cobertura que me da Fonasa. Hace como dos semanas se hizo un examen de sangre que salió en 100.000 pesos”.
“El llamado que yo le haría a la comunidad o a los vecinos, es que tomemos conciencia de que para lo que muchos es basura, para otras personas es literalmente vida. Yo puedo recorrer cualquier lugar de la comuna o de Santiago para reciclar, porque con simples desechos yo puedo obtener los medicamentos y los exámenes para mi hija”, expresó.
Rodrigo reitera que no pide dinero ni otro tipo de colaboraciones para seguir adelante en su lucha por entregar calidad de vida a su hija. Solo quiere difundir lo que hace para llamar la atención de comunidades, empresas e instituciones que puedan ayudarle a conseguir más latas.
“Prefiero seguir luchando por mis medios y buscar lugares donde boten latas para reciclarlas. A mi que me digan dónde hay latas que yo voy a buscarlas, las aplasto y las llevo al reciclaje”, sostuvo.
Rodrigo ha dispuesto la cuenta de Instagram @rescatalatas como medio de contacto e información.