PALD accedió a una conversación con el hijo del dueño del local, quien aseguró como inexistentes las aparentes larvas, puesto que correspondería a una especie de marinado que utiliza la empresa proveedora de pollos.
¿Qué pasó?
Sebastián Neira confiesa que es primera vez que sucede una denuncia de esta envergadura en el local de pollos y colaciones de su padre, que por cierto afecta su imagen y calidad ofrecida a su clientela. “Ha sido fuerte, porque este es un local familiar, con raíces en el sur, en donde lo primordial para nosotros es entregar un buen producto, rico, donde los puentealtinos puedan disfrutar y no pasen este tipo de cosas”, comenzó diciendo el joven.
“No eran gusanos, si no un marinado tradicional”
Nosotros tenemos el respaldo de Ariztía (empresa proveedora de los pollos que se cocinan en el local); me comuniqué con el representante, en donde me explicó el procedimiento del producto, el cual se marina (adobo para conservar crudo el alimento, aportándole textura y sabor), el cual no se secó al momento de la cocción, no habla de algo externo al pollo”, prosiguió.
De tal forma, explicó que el mencionado producto consta de una caducidad de 8 días almacenado en contenedores de frío, sin embargo, no sobrepasan los dos días para ser comercializados. “Trabajamos con excelentes estándares de calidad, donde confiamos en Ariztía completamente, y donde no debería haber pasado esto”, sostuvo.
Por último, Sebastián Neira pide disculpas por el mal rato ocasionado a los afectados, porque “en ningún momento quisimos perjudicar a alguien, ni mucho menos”.