Una multicancha que se levantó hace décadas, piscinas, jardines infantiles y un Comedor Solidario que llega a entregar más de 100 almuerzos diarios. Estas son algunas de las incesantes labores sociales que destacan a la histórica población de la comuna.
No es extraño que en medio de una conversación el “Papillón” sea interceptado por algún vecino del sector: un joven de 19 años se acercó a contarle los dolores que estaba padeciendo su mamá, producto de un virus respiratorio.
Luis Hernández Díaz es conocido en todo Puente Alto. Su labor social fue gatillada por la trágica muerte de sus dos hijos en 1986, quienes se ahogaron en los pozos del fundo “El Porvenir” de Puente Alto. Desde ahí, no ha dejado de luchar por su gente.
Actualmente, la histórica población cuenta gracias a este singular líder vecinal con dos piscinas, jardines infantiles, una multicancha y pequeños avances en la reparación del estado de las calles que ha ido consiguiendo en reunión con ministros de Vivienda de diferentes administraciones.
LABOR SIN DESCANSO
Rosa Hernández es hermana del ‘Papillón’. También es la cocinera a cargo en el Comedor Solidario Villa Diego Portales, que entrega almuerzos y frutas a vecinos y vecinas del sector. Labor que ha sostenido durante más de 25 años.
En un solo día pueden llegar a compartir más de 100 almuerzos, los que se entregan de lunes a viernes a personas en situación de calle y a adultos mayores de edad que viven en la población, muchos de ellos postrados o con demencia senil.
La señora Rosa cuenta que la Municipalidad de Puente Alto es la que provee mercadería, carne y pollo. Lo que falta, lo ponen ellos: orégano, ajo, pimentón; todo para aderezar los almuerzos. No reciben ayuda de ninguna otra entidad, “solamente el cabro del gas que cuando no tengo la plata me dice ‘no importa, yo la espero’… y ahí la vamos juntando”, relata.
Este voluntariado ha tenido costos para la señora Hernández, quien recuerda que en “un principio mi familia no entendía lo que yo hacía aquí, pero de a poco fui arrastrando a mi marido, que ahora ayuda en esta labor”, cuenta.
No sólo su marido, Jorge Cabezas, ayuda en el comedor. Margarita Ulloa es su nuera, viuda de su hijo ‘Marcelito’, quien siempre la ayudaba en diversas labores: pegar cerámica, instalaciones eléctricas, entre muchas otras cosas que la señora Rosa recuerda con nostalgia y orgullo.
LA OBRA DEBE CONTINUAR
La multicancha ubicada al lado del Pasaje Tres cumple diversas funciones: deportiva, techo para personas en situación de calle y el fundamental Comedor Solidario; sin embargo, urge que se aúnen esfuerzos para realizar mejoras en el recinto.
La señora Rosa relata que el techo se llueve y moja el estante que utiliza para el almacenamiento. “Es peligroso”, dice, “porque aquí se guarda la fruta y está todo oxidado”.
Pero como es conocido, las gestiones del “Papillón” no se detienen. En conversación con PALD, el presidente de los vecinos de la población Diego Portales, relata que consiguió mejoras para la loable labor que realiza este Comedor.
Julio Mayor y Rodrigo Rivera son los trabajadores que la Municipalidad de Puente Alto envió para instalar una puerta que separa la cocina de la multicancha, reparar el techo que se hundía durante los días lluviosos y construir nuevos estantes donde resguardar los alimentos.
FAMILIA CON SENTIDO SOCIAL
Luis y Rosa hablan de su madre con ternura. La señora María Isabel Díaz fue quien construyó la primera iglesia que hubo en la población. “Aquí donde vivo yo, mi mami levantó con puros pedacitos de tablas la primera iglesia. Yo que era cabro chico, me daba cuenta de lo que hacía”, recuerda el “Papillón”.
“Ahora nadie quiere ser dirigente en las poblaciones, porque no son pagados y esta labor es muy ingrata. Estamos entre la espada y la pared, sobre todo con el tema de la droga: si uno denuncia, es sapo; si no dice nada, es cómplice”, cuenta Luis Hernández.
Rosa Hernández también recuerda toda la obra de su madre y su enseñanza, de quien aprendió la labor que lleva realizando sin recibir nada a cambio. Relata que “a veces las personas dicen ‘cómo no le va a pagar la municipalidad’, pero nunca he recibido un peso. Todo es voluntariado”.
A veces, cuando no alcanza, se debe pensar mucho en qué preparar, pero nadie se queda sin comida. De hecho, el comedor no dejó de operar durante la pandemia. “Íbamos donde las personas que estaban enfermas y le dejábamos una olla, y ellos la devolvían al otro día. Siempre nos decían que como tercera edad debíamos dejarlo, pero yo les decía que Dios nos cuida, Dios dirá hasta cuándo duramos”, relata la señora Rosa.
“Somos el patio trasero de la comuna y la única población que va quedando, porque las otras a los cinco, seis años ya tienen casas”, menciona Luis. “Hay que levantar la multicancha: hay que pintarla, hermosearla, porque hay mucho niño chico por aquí. Tienen que mejorar las veredas, pintar los lomos de toro”.
Y sentencia: “Siempre se puede hacer más”.
GRATITUD
“Papillón” es un hombre agradecido y “no destiñe”, como él dice, por tanto, a la hora de reconocer a quien le ha tendido una mano, menciona: En el día del padre, en primer lugar quiero saludar a mi gran amigo Víctor Hugo Rojas y su eterno periódico Puente Alto al Día; a nuestro gran alcalde, Germán Codina; a Cristian Arzola y Víctor Hugo Escobar, dos grandes en nuestro municipio; a René Borgna, quien llegó a alegrar el deporte en nuestro pueblo; Juan Carlos Garay, el capo del DIMAO, junto a sus guerreros: Javier Aranda, Luis Ramírez, Miguel Verdejo, Natalia Meza, Natalia Salinas y Ramón Vásquez.
A todos mis guerreros y guerreras de nuestra población que hoy están con Dios en el cielo, junto a mi inolvidable Mamita, María Isabel, y Segundo Hernández, nuestro querido Padre, un abrazo, los quiero mucho, junto a mis amados hermanos y mi amada familia que la sufren tanto como la sufro yo.