Paloma Quezada es una joven puentealtina que nació en una familia de artistas. Su abuela le inculcó la pasión por el canto, el baile, por tocar algún instrumento y así empezó a participar en talleres escolares desde pequeña.
Se dio cuenta que le gustaba, que tenía talento y comenzó a cantar desde los 10 años. Su primera presentación fue en un Festival de la Voz en el Colegio Maipo, donde también participó en talleres y presentaciones de baile, su otra pasión.
Se inició en la cueca, pero fue incursionando en otros bailes latinoamericanos como México y Colombia. Incluso, fue bailarina estable de la Compañía de Danza de Chile (Codachi). Ahí participó en giras por Santiago y ciudades como Valdivia, Puerto Varas, Cochamó y Puerto Montt. Sin embargo, lo tuvo que dejar por el alto costo de vestuarios y accesorios, por ejemplo.
Pero fue hace 4 años, en 2020, cuando descubrió una conexión especial con María José Quintanilla. “Teníamos cierta similitud en nuestra personalidad, las dos somos muy espontáneas. Su música me gusta mucho, hay letras que también me hacen como sentido en mi vida”, explicó Paloma Quezada.
Desde entonces se ha dedicado a darle vida al tributo oficial de María José Quintanilla en bingos, rifas, beneficios, aniversarios, cumpleaños y grandes escenarios como la Teletón de Casas Viejas, en Puente Alto, que marcó el gran regreso tras las cuarentenas. También, participó en el programa Talento Chileno.
“En un momento me desmotivé, fue en un lapso de cuarentena. Mi mundo se cerró y ya después no me dieron ganas de volver a esto. Pero por cosas de la vida volví en la Teletón. Y me di cuenta que el cariño del público, la verdad, me hace crecer como persona y me hace motivarme cada día más para seguir con esto”.
Horas de ensayo, trabajo y dedicación para conseguir siempre la mejor caracterización con vestidos y trajes de charro, que en algún momento fabricaba a mano con su madre, la concejala Macarena Gárate, su pilar fundamental, le han permitido ganarse el cariño del público, que la reconocen por el talento vocal y carisma sobre el escenario.
“Al final de los eventos doy mis redes sociales y siempre me mandan mensajes lindos, me repostean, me graban, me mandan buenos deseos, buena suerte para lo que viene. La gente es súper amable, me han pedido fotos. Entonces es un gran apoyo para mí porque con esto me ayuda a progresar”.
En paralelo, Paloma trabaja los jueves como animadora en el restobar Barrio Alto, en el Peñón 335, en la noche de despacho, con un show exclusivo para mujeres. Mientras tanto, sigue ensayando y perfeccionando el personaje de María José Quintanilla para participar de cualquier evento que le soliciten en tributo_mariajosequintanilla.
A futuro no descarta impulsar su carrera con su nombre, incursionando en otras letras y ritmos. “La verdad ha estado mucho en mi cabeza eso, pero yo creo que sí podría ser en un momento de la vida no ser tributo a alguien, sino ser Paloma con mi música. Pero por el momento voy a seguir trabajando en este papel, en este personaje”, cerró.
Tributo a Raphael, el Divo de Linares
Desde que tiene uso de razón, Ignacio Jerez, un joven puentealtino, ha estado conectado con la música. Es una tradición que viene de familia. Pero el mayor vínculo que tiene con el arte nació como un refugio de expresión para salir de una personalidad más bien retraída. “Es una manera de hacer saber lo que pienso y lo que siento”, explicó.
En el dificultoso camino de la adolescencia, en momentos de búsqueda de una identidad musical, encontró a los clásicos baladistas. Fue ahí cuando escuchó al gran Raphael y la conexión fue inmediata, incluso hasta en el color de la voz. Por eso, lo alentaron a desarrollar el personaje.
“Al principio no sabía bien si hacerlo o no porque era como una explosión, era un golpe fuerte contra mi personalidad. Pero siento que fue una buena decisión, ya que me ha ayudado con el tiempo a poder expresarme mejor y poder hacer mejor lo que más me gusta que es cantar”, comentó Ignacio Jerez.
Desde entonces, ya lleva más de un año trabajando el tributo a Raphael en shows a beneficio, restaurantes, aniversario y eventos municipales como la Teletón de Puente Alto. Pero el mayor salto lo dio cuando ingresó a participar en el programa Mi nombre es en TVN y enfrentó el desafío de cantar en televisión.
Esa experiencia le ha permitido seguir creciendo, perfeccionando el personaje desde lo vocal hasta el trabajo escénico. Todo ese esfuerzo lo ha hecho evolucionar como artista y avanzar en las etapas del concurso, como finalista de la semana, por ejemplo.
“He recibido opiniones o críticas respecto al movimiento o a la actuación como tal. Porque como era bastante tímido, entonces ya cantaba fuerte, pero mis movimientos eran super pobres. Y claro, irme soltando en un evento, en diferentes lugares cantando ha sido super importante para eso y el cambio del personaje ha sido muy grande, al nivel de que ya puedo bailar, puedo actuar como Raphael, puedo moverme o interactuar con un público”.
Todo el trabajo vocal, además de la preocupación de todos los detalles de vestuario, que compra o fabrica de acuerdo a la época que interprete del artista, ha sido reconocido por el público que le demuestran el cariño en su cuenta de Instagram ignacioo_jerez y a través de las votaciones en el programa de imitadores, mediante un código QR que se habilita en cada capítulo.
A futuro no descarta seguir el sueño de la música propia e incursionar en letras personales, que expresen lo que muchas veces su personalidad no le permite.
“Por el momento es lo que estoy haciendo como proyecto, espero hacerlo bien y todo. Lo que pretendo es nunca separarme de la música, siempre estar presente con ella y eso también contempla sacar temas propios y hacer una música un poco más mía. Claro que está eso como en consideración, pero por el momento el proyecto que tengo es el de Raphael”, cerró.