La frase corresponde al dueño de la casa en que jóvenes realizaron fiestas clandestinas en Cachagua, disparando los casos de contagios Covid-19 en la comuna de Zapallar.
Gabriel Biggs en entrevista en 24Horas de TVN, precisó que a raíz de los hechos iniciará acciones legales contra sus arrendatarios, describiendo el deplorable estado en que los asistentes dejaron la casa: “La casa quedó un espanto (…) había vómito por todos lados”.
Con los días y tras la viralización de audios, fotos y videos del “evento” clandestino se supo que la exclusiva vivienda del sector Aguas Claras Sur había sido arrendada al piloto de Rally Samuel Israel, pero sin que Biggs fuera informado de la realización de fiestas, razón por la que se iniciarán acciones legales.
En el lugar se efectuaron dos fiestas con la asistencia de aproximadamente 200 personas. Según la investigación una ocurrió el día 31 de diciembre y la otra el 2 de enero.
En el contrato de arriendo se contemplaba la llegada de siete personas que asistirían a la vivienda y que debían respetar todas las medidas por covid-19, pero cámaras de seguridad registraron la llegada en masa de los jóvenes, sin el cumplimiento de protocolos sanitarios. “Voy a tomar acciones legales porque no quiero que esto se repita más”, agregó Gabriel, quien enfatizó en que se vulneraron sus derechos y los de sus vecinos.
Biggs relató que la persona que hizo el check in y check out de su casa dijo que “no sobrevivió ni un vaso (…) todo lo que pudo haber servido para alcohol terminó roto”.
El arrendatario, pese a la abundante evidencia habría negado la masiva concurrencia de invitados a la fiestas organizadas.
Por la fiesta clandestina hay 41 personas contagiadas y cerca de 100 contactos estrechos y el Gobierno se querelló contra Israel y quienes resulten responsables por las fiestas registradas en la zona.
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