Luis Poblete cuenta que su taller, que comenzó en los años 90 en nuestra comuna, “ya no da de comer”. Agrega que existe la sensación de que “las cosas se pueden reemplazar”, sin embargo, la actual medida del apagón analógico, hace imposible que pueda dedicarse a salvar a los vecinos y vecinas que tuvieron algún percance intentando ver su estelar favorito o algún noticiero. Más opiniones y relatos, en el siguiente reportaje.
Por Luciano Alfaro Montt.
El apagón analógico en Chile fue un hito histórico que marcó el paso de la televisión tradicional hacia la televisión digital terrestre (TDT).
Todo comenzó a gestarse en el año 2009, cuando se promulgó la Ley 20.750 que establecía el cronograma para el cese de las transmisiones analógicas en nuestro país.
El proceso de transición fue gradual. En primer lugar, se establecieron las fechas clave para cada región. Las primeras en hacerlo fueron Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, el 11 de diciembre de 2018.
Posteriormente, se fueron sumando otras regiones hasta llegar al apagón analógico nacional. No obstante, esto estaba previsto para el año 2020, fecha en la que todas las estaciones de televisión debían cesar sus emisiones analógicas; pero por reclamos de Anatel (Asociación Nacional de Televisión de Chile) y los propios canales, se aplazó su puesta en marcha para este año.
La televisión digital terrestre (TDT) fue la gran protagonista de esta transformación. Consiste en una tecnología que transmite señales de televisión en formato digital, lo que permite una mejor calidad de imagen y sonido, así como la posibilidad de ofrecer más canales y servicios interactivos. Además, la TDT permite la transmisión de contenidos en alta definición (HD) y ultra alta definición (UHD), brindando una experiencia audiovisual más inmersiva y moderna.
Durante el proceso de apagón analógico se incentivó la adquisición de decodificadores o televisores con sintonizador digital incorporado para que la población pudiera continuar recibiendo la señal de televisión de manera óptima.
En rigor, por más de una década se realizaron esfuerzos para preparar a la población y a las empresas del sector audiovisual para este cambio tecnológico.
Para informar a los usuarios y usuarias se llevaron a cabo campañas de información y capacitación, se implementaron subsidios para la adquisición de decodificadores digitales y se promovió la instalación de antenas adecuadas para la recepción de señales digitales.
Finalmente, el día 15 de abril del 2024, se llevó a cabo el apagón analógico en todo el territorio chileno. Este día quedará marcado como el momento en que la televisión digital se convirtió en la norma, dejando atrás las señales analógicas que habían acompañado a las familias chilenas durante décadas.
Puente Alto y el apagón analógico
PALD salió a las calles ante este cambio que dejó a muchas personas sin señal. En la comuna se encuentra un taller dedicado a la reparación de televisores y radios.
Luis Poblete es técnico electrónico en radio y televisión. Empezó con su taller en el año 1995 y, probablemente, es el único lugar en Puente Alto donde actualmente es posible llevar un televisor para ser reparado.
Durante la conversación, el trabajador comenta que con la aparición de las tarjetas de crédito han generado en las personas la sensación de que las cosas se pueden reemplazar.
“Este trabajo ya no da que comer, se publicitó tanto todo eso de que todo es desechable, entonces, la gente se está concientizando de que sí es desechable y no está mandando a arreglar cosas”, señala Poblete, quien con los años se ha especializado en diferentes rubros electrónicos, agregando que arreglar televisores lo realiza como un apoyo.
Otro de los locales que tuvo su época dorada respecto a la reparación de este tipo de aparatos se encuentra a pasos de la plaza de Puente Alto.
Daniel Soto es puentealtino, trabajador y padre de familia. Por 16 años trabajó en una agencia de aduanas en el aeropuerto Arturo Merino Benítez. Luego de la muerte de su padre se hizo cargo del negocio.
Cuenta que junto a su hermano querían vender el local y toda la mercadería, sin embargo, cuando hicieron los análisis, se dieron cuenta que su padre tenía gran cantidad de mercadería. Así es que decidieron seguir con el negocio familiar.
Soto explica que tuvo que ir adaptándose a las necesidades de la gente. Estudió comercio exterior, por lo que cuando las personas llegan con peticiones, comienza averiguar en Google y empieza a realizar la búsqueda de los proveedores.
Daniel comenta que su padre, Alfredo Soto, tuvo un auge importante cuando las personas necesitaban realizar reparaciones a sus televisores. Durante 30 años, el negocio que hoy dirige fue el principal local al que acudían vecinos de la comuna para este tipo de trabajos.
“Hubo un tiempo en que él tenía hartas reparaciones, pero cuando entraron en vigencia los Tratados de Libre Comercio, como la gente de repente traía un televisor a reparar y le decía ‘te sale tanto la reparación’ y la gente miraba las tiendas y decía, ‘le pongo unos pesos más y me compró un televisor nuevo’. Ahí, claro, empezaron a bajar las reparaciones, y llegó un momento en que definitivamente dijo ‘no reparo más’, no era rentable”, cuenta Daniel.
Desconocimiento sobre el proceso
Cuando este medio le consultó a un grupo de adultos mayores que evitaron identificarse, comentaron que ese tipo de cosas las hacen sus hijas e hijos, por lo que desconocían en qué consistía el apagón.
En la calle Clavero atiende Vicente González. Lleva más de 30 años dedicándose al comercio y cuenta que el apagón dejó a muchas personas de brazos cruzados.
“Estos días han sido de locos, por eso digo, la consulta más común es la antena, porque creen que con la antena solucionan el problema, pero no es así”, comenta el comerciante que desistió de vender decodificadores porque se dispararon los precios.
Por otra parte, González cuenta que “son adultos mayores los que más vienen y los hijos de esos adultos, porque tienen televisores antiguos y están tratando de modernizarse”.
Por su parte, Daniel Soto también comentó que hay mucho desconocimiento al respecto y, precisamente, son los adultos mayores quienes más consultan por opciones.
En el momento que se encontraba atendiendo público, una persona se acercó a consultar por un decodificador. Posteriormente, el trabajador explicó a PALD el proceso que deben seguir para solucionarlo.
“Lo que pasa es que los televisores que eran antiguos, esos que venían como con una joroba atrás, son televisores que tienen sintonizador análogo. Esos necesitan una antena digital y el decodificador para que pueda funcionar. Ahora, si el televisor del usuario lo compró después del 2010, necesita solamente la antena digital: hay unas que van sobre el techo, como las antenas de aluminio que se ocupaban antes, pero vienen calculadas y construidas para captar señales digitales. La otra opción puede ser una antena de interior para señal digital, eso debería funcionar”, explicó Soto.
El proceso puede ser largo si no se realiza bajo la supervisión de alguien que conozca a cabalidad lo que necesita cada aparato. No obstante, los entendidos informan que no es un proceso que presente mayores dificultades.
La transición de la televisión analógica a la digital traerá consigo una serie de ventajas, desde muchos ámbitos, tanto para usuarios como creadores: por un lado, permite descentralizar el contenido al facilitar que los medios regionales lleguen a un público más amplio, lo que a su vez puede generar mayores ingresos por publicidad. En el aspecto técnico, la nueva señal digital ofrece una mayor nitidez y definición de imagen, así como una calidad de audio superior al no sufrir con las interferencias.
Este apagón analógico representa un cambio tecnológico que se traduce en un impulso para la industria audiovisual chilena, que ahora contará con mayores posibilidades de innovación y desarrollo en el ámbito de la producción y distribución de contenidos digitales.