El camino hasta el reconocimiento fue un proceso largo, de mucho esfuerzo y preparación para la puentealtina Cristina Avilés, periodista, actriz y modelo de San Gerónimo. Desde niña participó en academia de modelaje. Sin embargo, nunca pensó en participar de una competencia de belleza.
Sin saber de los certámenes, buscó en internet información sobre Miss Mundo Chile y dejó sus datos en un enlace de inscripción. Pasó tanto tiempo que se le olvidó. Pero, después de algunos meses, la contactaron para participar del casting en el Hotel Mérida, en Santiago.
“Llegué de las primeras al casting porque me daba mucha emoción y tenía ganas de aprovechar esa oportunidad. Eran dos días de casting donde fueron 200 niñas y quedamos 19 candidatas”, recordó Cristina en conversación con Puente Alto al Día.
Desde que le confirmaron por mensaje que fue seleccionada, comenzó un arduo trabajo de preparación, durante dos meses, que estuvo acompañado de estrés y sacrificio, porque en paralelo seguía grabando para una teleserie y estudiando un magister por las noches.
Le escribió por redes sociales a Sophia Astur, Top Model Chile 2024 y Miss Santiago Earth 2023, con quien terminó trabajando en los detalles que marcan la diferencia a nivel de competencia, como los tacos, las uñas, extensiones, posturas y vestidos.
También, conoció a Angie Rivas, modelo venezolana y maquilladora profesional, que trabajó como su estilista. En paralelo, invirtió en gimnasio, clases de CrossFit y clases de canto con una compañera de la universidad, puesto que el certamen incluye una prueba de talento.
Así tuvo que enfrentar pruebas de talento, de popularidad en redes sociales y de pasarela. Sin embargo, pese a toda la preparación, sentía que su trabajo no era suficiente y que no lograba destacar. Pero desde su equipo le vaticinaron que “te tienen para el batacazo, porque te van a dejar para el último, para sorprender a todos de que tú vas a quedar”, comentó.
Logró clasificar casi de las últimas en el top 10, hasta que enfrentó la prueba de mayor relevancia. Miss Mundo Chile es una competencia que va más allá de la belleza, es un certamen con propósito. Por eso, Cristina presentó ante el jurado, conformado por más de 10 expertos, una propuesta de proyecto social.
“Yo visibilicé la distrofia muscular de Duchenne, la lucha contra esta enfermedad degenerativa, con Joaquín, un niño de 5 años que la padece y tiene que costear su tratamiento que sale $3.500 millones”, explicó Cristina.
Asimismo, trabajó con su familia en visibilizar la tenencia responsable, la adopción, la alimentación y la castración de animales callejeros, junto a la fundación Amor Perruno. También participó de una actividad solidaria en el Hospital Calvo Mackenna, donde repararon lápices para niños y niñas.
Pero el golpe lo dio con la presentación de un medio de comunicación internacional con foco en mostrar los daños y muertes de personas inocentes ajenas a los conflictos del mundo. La gran intervención le permitió clasificar top 5 a la final del certamen, que se realizó el sábado 19 de octubre en Teatro Municipal de La Pintana.
Finalmente, entre aplausos y gritos que coreaban Puente Alto, Cristina obtuvo el segundo lugar en la competencia Miss Mundo Chile. “No me lo podía creer, yo estaba en shock porque ya en el top 10 me sentía ganadora entonces lo que pasara de ahí en adelante era como ideal, no me lo esperaba”, señaló.
Cristina no solo destacó por su belleza, talento y desplante, sino que además logró ganarse el corazón de las compañeras y el público. En la final, por ejemplo, recibió el apoyo de otras comunas y regiones. Además, la ganadora del certamen, Francisca Lavandero la reconoció como una futura reina de Chile.
El costo de la competencia
El duro trabajo de preparación y esfuerzo no solo estuvo acompañado de largos viajes, por ejemplo, la mayoría de las pruebas eran en Providencia, Las Condes y Vitacura, sino que también tuvo un alto costo monetario.
Por eso, Cristina Avilés sintió que no solo era un compromiso personal, sino que también familiar. No quería defraudarlos. Ellos fueron un pilar fundamental en el apoyo emocional, pero también en lo económico. “Yo en este certamen gasté como un millón de pesos”, detalló la joven.
La mayoría de los gastos los cubrió con sus ahorros de trabajos anteriores, un préstamo de su pareja y una rifa que organizó junto a su familia, donde sortearon entradas al certamen, que debían vender a $30 mil pesos como parte de la competencia, y una donación de sus compañeras de magister.
Con la obtención del segundo lugar y el gran potencial que mostró la joven puentealtina en la competencia, llegaron invitaciones a certámenes internacionales, que serán en 2025, como el Miss Woman, Miss Europa Continental y Miss Cultura International.
“Uno va a ser en Italia, otro va a ser en Islas Canarias y otro en Indonesia”. El problema es el altísimo valor que tienen las inscripciones. “Hay uno que sale 1000 dólares, hay otro que sale 1980 euros y otro que sale 1100 euros. Entonces ese dinero yo no lo tengo ahora”, detalló Cristina.
A pesar que ahora está dedicada a retomar sus clases y terminar sus estudios. No ha perdido las ganas ni la esperanza de poder participar afuera. Por lo tanto, está en búsqueda de algún auspiciador y planeando alguna actividad que le permita recaudar los fondos.
Tal como lo hizo en el Miss Mundo Chile, donde tuvo algunas dificultas que, con el apoyo incondicional de su familia y su equipo, logró sortear y destacar entre 200 participantes, Cristina luchará por cumplir otro sueño. Representar a la comuna en el extranjero. Después de todo, las reinas siempre quieren seguir conquistando.