Nuestro idioma es fruto de la invasión española, que lo impuso con la Cruz y la Corona.
Se extiende por 22 países en Iberoamérica.
Hay una matriz común, determinada por las academias. Ellas filtran el cauce central.
Las palabras se trasmutan y crecen, en proyectos y profundidades.
En lo esencial tienen significados universales.
Hoy quiero bucear en algunos juegos de letras, sin los frenos del orden racional.
Postulo ciertas novedades.
Cierro la llave para que escurran ejemplos, con sentido de artificio.
A es la primera vocal.
También indica dirección. Equivale a hacia: voy a Puente Alto, a
San Antonio, a Punta Arenas.
Asimismo implica una acción: Me alisto a leer, a conducir tu auto,
a redactar un ensayo.
E es la segunda vocal. Antecede a un vocablo que comienza en i: franceses e ingleses.
Reemplaza a la conjunción y, para evitar la contracción y la cacofonía.
I es la tercera vocal y la letra inicial de ilación, palabra que serefiere a los ilativos y no a la unión con hilo, como erróneamente creen muchos estudiantes.
O es la tercera vocal. Se utiliza para determinar una opción: este o ese.
U es la última vocal. Se recurre a ella para eludir el mal sonido en el caso de que la
otra palabra empiece en o: uno u otro.
¡Ah! puede implicar sorpresa: ¡Ah! No sabía que vendrías esta
tarde.
¡Ay! demuestra dolor. Cuando lo dije en una Escuela de
Periodismo, una pícara y audaz alumna replicó: “También puede ser de placer, profesor”.
Sus compañeras rieron.
¡Eh!, en general, equivale a una advertencia: “Eh, fíjate al cruzar
la calle”. ¡Oh, qué horror! ¡Uf: estoy muy agotado!
¡Ha es una forma del verbo haber! : Él ha hecho las tareas.
Haz indica una orden: ¡Haz tu trabajo!
En lenguaje coloquial burdo ciertas personas se extravían y dicen: Hace tu trabajo. Haz, además, es un haz de luz.
El idioma español es amplio tanto en Madrid como en Iquique, en Nicaragua y en Bolivia.
Suena diferente el modo de un catedrático de castellano y un pescador de Puerto Montt.
Son juegos de letras.