Este 22 de agosto se cumplieron seis meses desde que falleció el amor de la vida del exfutbolista, María de los Ángeles Guerra, quien batalló durante años contra un cáncer de columna.
¿Qué pasó?
Carlos Humberto Caszely no lo está pasando bien desde que partió del mundo terrenal su mujer, compañera por casi 50 años; el 2023 hubiesen celebrado sus bodas de oro.
El exdeportista refleja su dolor y lo asume: “Despierto y no sé qué hacer”, debido a no encontrarle la vuelta a la tristeza, aseverando que “fui inmensamente feliz desde que nací al 22 de febrero (fecha de muerte de María de los Ángeles”.
Enfermedad controlada por tres años
El cáncer de su esposa permaneció durante tres años en remisión, sin embargo reapareció en 2021 aún más invasivo. El exgoleador de la Roja renunció a todos sus proyectos, para dedicarse al cuidado de ella; incluso, un conocido programa de televisión relacionado a la cocina, el que sin trepidar desistió de su participación, retirándose en el segundo capítulo.
En un franco diálogo con El Mercurio, el ‘Chino’ exteriorizó su dolor. “Despierto y no sé qué hacer (…) Fui egoísta. No quería que se fuera. Mis hijos lo procesaron mejor que yo, unos tres meses antes fueron asumiendo lo que venía. Pero yo no. Yo no estaba preparado”, declaró.
“La muerte de mis padres fue dolorosa, pero esto no se compara, es mil veces más doloroso (…) Fui inmensamente feliz desde que nací al 22 de febrero”, agregó.
Insondable dolor
La pena embarga al mundialista en Alemania 1974 y España 1982. Durante la charla las lágrimas recorren su rostro y apunta cabizbajo “Tengo el corazón negro”, admitiendo que por primera vez en su vida ha visitado al psiquiatra y ha tomado pastillas para dormir.
Pese a la terapia, Caszely tiene claro que “la angustia puede pasar, la pena nunca” y agrega que las condolencias, pese a agradecerlas, hoy no sirven de nada en su ánimo. “Es que es tanto el dolor que eso no sirve de nada. No calma, no alivia”, dijo.
Unas de las pocas cosas que le ha hecho sentido en este tiempo de duelo, fue una frase de “un señor de pelo cano”, como dice el exartillero. “Se acercó y me abrazó: ‘No has pensado si hubiese sido al revés, que hubieras sido tú el que partió y no ella. ¿Te gustaría verla sufrir como estás sufriendo?’”.
“’Obvio que no’, le respondí…Ha sido una de las pocas cosas que me ha sacudido. Nunca supe quién era. No sé su nombre. Nunca más lo vi”, recordó.