Desde que se inició en un espacio de 3×3, este establecimiento que ha crecido, y hoy brinda una esmerada atención a sus clientes, con el debido asesoramiento de su propietario.
Su profesión de eléctrico le ha abierto muchas pertas en el mundo laboral. Desde muy pequeño se integró a la vida del trabajo, presentando servicios, primero, en varias firmas que requerían sus servicios, para luego independizarse y seguir un largo camino apostando por ser su propio empleador. Llegó a Pirque a hacerse cargo del servicio de alumbrado y agua potable a un fundo del sector. Desde ahí que ha incursionado en el mundo de las ventas en almacén, la venta de periódicos, donde vendía PALD, y el mundo comercial, sin antes haber sufrido una desilusión con uno de sus asesores contables que los llevó a tocar fondo.
Pero, el ímpetu de don Eduardo Orellana Morales, 66 años, casado, cinco hijos, pudo más en momentos en que estaba complicado económicamente, vendió sus animales, pago las deudas y comenzó a crecer nuevamente. Instaló su primera ferretería en un lugar muy peque. Su hijo Pedro, lo recuerda muy bien, “era un espacio de tres por tres metros donde vendíamos con mi padre algunas cosas esenciales que la gente necesitaba por estos lados del rubro ferretería y de ahí comenzamos a proyectarnos y a crecer un poco en espacio y en el desarrollo del negocio”.
Hoy, en la Ferretería “El Clarillo de su propiedad, que se ubica en camino El Chalaco 196, en El Principal Pirque, se desempeña padre e hijo, quienes le ponen el hombro para hacer crecer este rubro y prestar un buen servicio, “hoy estamos más establecidos, con más tiempo para dedicarle al negocio, lo que se necesita en este rubro… imagínese que aquí atendemos hasta en la noche, somos como la ferretería de emergencia”.
Pedro Orellana, hijo de don Eduardo tiene muy claro el norte del negocio por cuanto afirma que la idea del negocio en que se desempeñan, es darle solución a las personas, “De ahí que atendamos a cualquier hora… si la gente viene con un problema, la idea es que se vayan con una solución”.
Sin duda que don Eduardo es muy conocido en su sector, ya que no es cualquier propietario de ferretería, sino que él destaca por su voluntad en la atención, ya que su objetivo no es sólo el comercial, sino que es el de ayudar a la gente. Así lo describe Pedro, “la gente busca la atención de mi padre ya que él es un verdadero “asesor técnico” en la materia… fíjese que la gente lo busca por alguna solución a problemas, él los orienta, le entrega las piezas adecuadas e incluso les realiza un dibujo de cómo solucionar un problema de este orden… sin duda un dependiente muy especial”.
Don Eduardo recuerda muy bien la época pasiva de este lugar de Pirque, desde que era Hacienda El Principal, donde habían muy pocos habitantes en la zona; luego vino la época del asentamiento, la reforma agraria donde se repartieron 33 parcelas y la demás gente que había en el lugar –recuerda- tuvo que emigrar, “ahora vivimos así, en medio de la destrucción de la naturaleza, donde han cortado muchos árboles, han destruido muchos canales, han matado todas moras, han matado los pájaros, las iguanas, arañas… han matado la naturaleza”.
Al concluir el diálogo muy afectivo con don Eduardo Orellana, se da el tiempo para despedirnos haciéndonos ver lo maravilloso de la naturaleza y de la belleza de pensar, reflexionar y también de amar la vida, ya que el don de existir, para don Eduardo, es muy hermoso y desde su ferretería El Clarillo, tiene algunos instantes para poder observar la naturaleza y seguir tratando de salvar lo poco que queda en el apacible lugar precordillerano de El Principal.
Ha, y no olvide si necesita un consejo o un asesoramiento para solucionar algún problema técnico en su hogar, dirija sus pasos hacia la Ferretería Clarillo.
(Nota en edición de sábado 22.7.19)