Junto a su señora Priscilla trabajan
mano a mano, en su querido puesto de frutas y legumbres.
21 años trabajando en la Feria Grade de Puente Alto lleva Cristián Orellana Tenderini, labor en que la acompaña su señora Priscilla
Muñoz, a quien conoció muy joven, y que desde entones sus caminos y destinos
han estados unido, estando felizmente casados, relación de la cual han nacido
cuatro hijos.
“Soy puentealtino de nacimiento. Mis padres se
dedicaban al comercio, con su puesto de ensaladas, y yo de niño los ayudé. Tuve
que comenzar a trabajar desde muy chico, y por eso mismo, llegué
hasta 5º básico en el colegio, más que
nada por temas económicos. Ya a los 12 años andaba arriba de las micros y
transporte público, vendiendo helados y dulces”, señala Orellana.
Se define
como una persona responsable y constante, aspectos que dice ha mantenido a lo largo
de su vida, lo que afirma le ha ayudado mucho a surgir en la vida, alejándolo de
los “malos pasos”. Al conocer a quien hasta hoy es su señora, cuya familia
viene de una larga tradición de feriantes, es que decide trabajar junto a ella
en este rubro.
“Primero
comencé ayudando a mis suegros. ¿Sabe? Los Muñoz son muy conocidos en la Feria Grande. Acá les
dicen “los cabeza de lata”, dice entre risas. “Creo que es porque uno de los abuelos tenía un injerto de platino en la
cabeza”, explica.
Con el correr
de los años, los puestos de los padres de Priscilla fueron finamente
administrados por el matrimonio. “Con mi
esposa trabajamos mano a mano, ella es mi gran apoyo. Hoy no está acá, pues se
quedó en casa cuidando a los niños, por todo lo que está pasando actualmente,
así que aquí estamos pues, ¡poniéndole el hombro a las adversidades!”,sostiene.
Cuenta con
orgullo que fue presidente por un periodo de cuatro años del Club Feria Grande
de Puente Alto, cargo que dejó recientemente. “Jugamos todos los lunes en la tarde, en una liga metropolitana que
reúne a equipos de las distintas ferias de Santiago. Cuando somos locales,
ocupamos la cancha de El Peral. Pronto habrán elecciones para elegir la nueva
directiva, ¡y lo más seguro es que salga como tesorero!”, admite.
VENTA CON RESPONSABILIDAD
En su puesto
en la Feria Grande, Orellana ofrece variedades de frutas, tales como frutillas,
plátanos, frambuesas y arándanos, comenta
que desde hace un tiempo diversificó su oferta, comenzado a vender también
legumbres, “las que tienen una mayor duración, lo que nos ayuda cuando anda media
mala la cosa. Siempre hay que ir probando con nuevos productos”.
Cuenta que
debido a la contingencia nacional, referida a la emergencia sanitara por la que
atraviesa el país como producto de la pandemia del Coronavirus, se ha visto
afectado el negocio. “Hay que seguir
viniendo no más… está difícil. De hecho parece que pronto la Feria abrirá solo
tres días a la semana. Sabemos que como feriantes, somos la principal fuente de
abastecimiento de los vecinos, sobre todo ahora que el comercio se encuentra
cerrado en su mayoría. Les pedimos a nuestros caseros y caseras que vengan, que tomen los
resguardos necesarios, como traer guantes y mantener una distancia prudente”,
son las recomendaciones del feriante.