Son 42 conductores en la línea de colectivos donde trabaja, ella es la única mujer. Lleva años desempeñando esa labor que le ha permitido ser ejemplo para sus hijas e hijos y le entregó un sentido de orgullo.
Alicia Faúndez Castillo tiene 45 años. Es conductora en la Línea 4004 de colectivos que une Puente Alto con San Bernardo.
Cuando PALD se acercó a conversar con ella, estaba alistándose para iniciar un nuevo recorrido: esmaltaba sus uñas y amablemente accedió a conversar sobre su trabajo y su vida personal.
Es la mamá de cuatro hijos e hijas. Los dos mayores ya se titularon y se fueron de la casa. Actualmente, vive con su hija de 21 años y tiene tuición compartida con el menor de 13 años.
Alicia es la sostenedora de su casa, previamente, trabajó como vendedora en un mall. Cuenta que la libertad de horario fue lo que la convenció de trabajar como colectivera.
“Decidí entrar por los tiempos. Aquí eres libre de la hora que llegas y a la hora que te vas. Anteriormente, había estado en trabajos donde, obviamente, hay que cumplir un horario; entonces, en caso de que pasara algo, yo me voy no más”, relata.
Lo anterior, lo menciona aludiendo a su hija de 21 años, quien tiene principio de bipolaridad y esquizofrenia. Si bien, es una joven en tratamiento y está cursando una carrera, sufre episodios donde se ‘bajonea’. Es por eso que la naturaleza de este trabajo le permite libertad y autonomía. “Si tuviera otra pega, no me darían el permiso”, señala.
La Línea 4004 tiene 42 conductores, Alicia es la única mujer. Lleva ocho años desempeñando esa labor, aunque en un inicio pensó que “se veía como feo que una mujer anduviera manejando micros o colectivos, ahora no. Se normalizó ahora que la mujer haga todo tipo de trabajos”.
Sin embargo, tiene muy claro el tipo de conducción al que no postularía: el sistema de buses capitalino. “Lo que es Transantiago no lo trabajaría, porque el pasajero es distinto. Ahí uno lidia con más gente, en cambio, aquí son cuatro, no más. Y la gente hoy en día está muy agresiva, ya manejar es mucho estrés. Imagínate con más pasajeros, eso sería más estrés… entonces, aquí me siento bien”, comenta Faúndez.
A lo largo de su permanencia en la línea de colectivos, cuenta que sólo ha tenido un episodio desagradable: “Una vez, un hombre mayor me insultó, pero mal, nunca me habían tratado así en la calle. Ese día me puse a llorar, fue la escena más fuerte que he tenido en la Línea. Me sacó hasta a mi abuelita”, dice entre risas.
Agrega que eso fue “lo más traumante que he vivido, pero en general, no. Ahora no digo nada, porque uno les echa la foca cuando te pasa algo, pero es sabio callar”, menciona mientras recuerda el violento altercado.
Pero, en la generalidad, Alicia disfruta desempeñarse como conductora de colectivo. “Me gusta interactuar con los pasajeros. Ya casi todos me conocen, por la cantidad de años que llevo… tenemos muy buen pasajero”, dice respecto a los usuarios de la Línea.
Respecto al ambiente de trabajo, comenta no tener problemas. “Me siento protegida por ellos. Tengo muy buenos compañeros, son respetuosos, siempre están pendientes de mí”, dice sobre sus colegas.
MUJERES Y EL MUNDO LABORAL
“Soy la única mujer porque no ha llegado otra a buscar trabajo en esta Línea, porque siento que no les gusta”, comenta sobre la escasez de mujeres en este tipo de labores. Recuerda que hubo otras dos conductoras: una no quiso seguir y la otra tuvo un hijo.
La presencia de la mujer en el mundo laboral sigue presentando desafíos. La consultora Deloitte publicó la tercera edición de su informe Women At Work 2023, en la que se consultó a cinco mil mujeres de 10 países respecto a sus percepciones en torno a su rol en el mundo laboral.
En la publicación, se detalla que durante el año 2022 la cifra de mujeres que abandonaron sus trabajos superó la suma de los años 2020 y 2021.
En ese contexto, Ana María Fernández, directora del Centro de Organizaciones y Relaciones Laborales de la Universidad Alberto Hurtado, en entrevista con Diario Financiero, señaló que abandonar el mercado laboral tiene consecuencias como la “pérdida de poder social y autonomía económica para ellas, así como de competitividad y capacidad de crecimiento económico”.
Por otra parte, la investigación revela que casi la mitad de las mujeres asumen la responsabilidad principal de las tareas domésticas: sólo un 10% comparten labores con sus parejas. De esta forma, las mujeres enfrentan un desequilibrio en el tiempo y la energía que pueden dedicar a su trabajo y desarrollo profesional.
ORGULLO Y CRECIMIENTO
Consultada por PALD de lo que significa ser la única mujer de la 4004, Alicia se toma unos segundos, ya que pareciera no haber caído en cuenta que es la única representante del género femenino en toda la Línea. “Con todo esto, yo siento que las mujeres podemos hacer todo tipo de trabajos. Y esto igual a mí me llena, porque ser la única mujer es admirable”, recalca.
Admiración que sus hijos e hijas le han hecho saber. “Mi hija mayor, a pesar de que ya tiene su carrera y todo, me dice que me admira por lo que hago. Se lo comenta a sus compañeras… todos mis hijos, en realidad, tengo la admiración de su parte por andar arriba del auto”, dice sonriendo.
Alicia nunca ha tenido problemas con los pasajeros que transporta. Con otros conductores, sí: autos particulares que le han tirado el auto encima. Una realidad que enfrenta diariamente, pero de la cual tiene clara su fecha de término.
“Yo creo que unos dos años más voy a estar aquí. Estoy esperando que mi hija termine su carrera, porque ya me siento cansada. Esto cansa mentalmente (…) el estrés de los tacos, la agresividad de los otros conductores, porque hay mucho vehículo, pero hay mucho chico que no se sabe las leyes de tránsito, manejan no más: se pasan los pares, se pasan los rojos. Entonces, a las finales, es un estrés, porque nosotros tenemos que estar pendientes de todo, sobre todo porque vamos con pasajeros”.
Alicia no lamenta lo que ha debido enfrentar como mujer, trabajadora y mamá, pese a los obstáculos que ha debido enfrentar. “Me tocó todo sola. Saqué a mis hijos adelante, sola… no necesito un hombre para vivir. Eso es lo más importante, uno puede sobrevivir”, dice.
Cuando es consultada sobre qué ha significado su trabajo, reflexiona y responde: “No tuve buena juventud, y adultez tampoco… pero ahora me siento orgullosa de mí, de haber crecido tanto”.